martes, 29 de abril de 2014

La masacre de Munich


 1- Hace un año escribí sobre la caída del dictador de Europa en aquellos tiempos, el Barcelona, en manos del nuevo Rey, el Bayern de Heynckes,   y mostré la facilidad con la que los alemanes supieron aprovechar cada espacio cedido por los azulgranas, haciendo del contragolpe y la pelota parada el antídoto perfecto para el juego posicional, destruyendo un modelo fantástico, pero que como modelo al fin tenía fecha de caducidad. Aquel Bayern en Alemania fue una trituradora, un plantel sediento de honor, de venganza futbolística, una exposición de solidaridad en defensa y una orquesta perfecta en el juego aéreo. Ese Bayern del triplete fue el Real Madrid de hoy.

2-    El primer compás del partido destruyó todos los análisis y las profecías previas, ni el madridista más utópico, ni el muniqués más pernicioso imaginaría que en veinte minutos la masacre tomaría forma. Tiñendo de Merengue a Lisboa. Ni yo, al escribir esto, puedo creer aún la irresponsabilidad anímica con la que el Bayern salió a la cancha. Pareciera que no se jugaban el pase a la final, sino un simple juego de pretemporada. Estos son los partidos en los que los jugadores recompensan, o le pasan factura a los DT. Las posesiones largas y horizontales se convertían en la autopista más corta al suicidio para los alemanes. Ancelotti, volvió a ganar, esta vez con una diferencia aún más amplia de la que mostró el marcador, hizo una apuesta arriesgada, sentando a Isco, quién venía dando la pausa necesaria al momento de las contras en las últimas fechas, y colocó a Bale, no el Bale enfermo de la semana pasada, sino el Bale responsable, el Bale que se convirtió en el mejor amigo de Carvajal en todo el encuentro, y quién con elegancia y finura participó en dos de los goles merengues.

3-    En los planes arquitectónicos de ese Ser superior, este día estaba creado para la consagración eterna en los corazónes merengues de Sergio Ramos. El deporte, como la vida misma, tiene esa hermosa costumbre de colocarte frente a frente a ese monstruo que te avergonzó una vez, y será tu decisión vencerlo o mantenerte atado a su yugo con la cadena invisible de la decepción. Hoy Ramos arrojó a los infiernos la cruz que llevaba en su espalda desde que erró ese penalti en 2012 frente al Bayern que sacó al Madrid de la final. Insisto: el fútbol es una eterna paradoja. Hoy Ramos anotó dos goles, y sin desazón alguna rompió, cortó e incineró cualquier acechanza del Bayern, contando con la ayuda de su yunta preferida, de ese odiado por todos, que cuando ordena el desastre que habita en su cabeza, se convierte en uno de los cuatro mejores centrales del Mundo, sí, hablo de vos, Pepe.

4-    No tendría sentido repasar las estadísticas u ofrendar horas frente a la tv buscando el motivo de esta masacre. La respuesta es bastante sencilla. El acierto de Ancelotti aunque se ve en la cancha, no está ahí, está en el día a día, en la batalla constante de todo el cuerpo técnico para regresarle esa confianza al trastocado elenco blanco, ese deseo de demostrarles que tienen los recursos en sus manos, y que la décima está frente a sus ojos. No hicieron nada extraordinario, y con sabiduría y mucho orden supieron triturar en pedacitos al actual campeón.

5-    La diferencia más notable entre un equipo y otro fue la competitividad, y de allí es donde nace la pregunta más complicada de toda esta ecuación: ¿Habrá sido dañino haber ganado la Bundesliga con tanta facilidad y antelación? No es una locura ponerlo sobre la mesa, el Real Madrid sigue tras la caza del Atlético, lo que convierte sus fines de semana en constantes finales, mientras que el Munich, pasea sin mucho ánimo en toda Alemania esperando el día de la celebración. El Dortmund dio el primer aviso y el Madrid terminó de confirmarlo.

6-    Lo que creó el Dictador, hoy lo disfruta Ancelotti. Una locomotora de contragolpes que tiene la facilidad de convertir una ocasión de peligro contrario en un gol merengue. Benzemá, Ronaldo y Modric, siguen siendo los máximos exponentes de la teoría del dictador: “Me encantan los equipos que secuestran la pelota, suelen dar muchos espacios”, y a esto ha apostado el Real Madrid en esta Champions. Criticados al principio, quizá por la falta de señorío mas no por el coraje. Hoy han superado a Goliat, y esperan al dictador o al cholismo en Lisboa.

7-    Las fortalezas del pasado suelen volcarse en las carencias del hoy. La efectividad en el juego aéreo muniqués se convirtió en su ataúd. Es inevitable que el futuro de este proyecto de Guardiola en Alemania sufrirá un vuelco interesante. El juego de posición/posesión está en sus horas más bajas, y su mayor representante actual tiene la responsabilidad de refrescar conceptos y destruir la rigidez semántica. Pep, quizá no sea el mismo a partir de hoy, es fácil criticar cuando lo ves sufrir esta masacre, y aunque evidentemente, la culpa de la horrible defensa a balón parado la tiene él, sería muy mediocre juzgar el trabajo de todo un año por lo que pasó hoy. ¿Vendrá la reestructuración del Bayern el año que viene? ¿Rescindirá Pep de los intocables para darle la forma que necesita esta revolución del juego posicional o terminará teniendo razón Beckenbauer y Rummenigge?

Y 8-  El Madrid está consciente y lúcido de lo que significó el día de hoy. La décima está a la puerta, y aunque la consigan, quizá por mucho tiempo prevalezca en la memoria de los blancos, esta masacre hecha en el corazón de Munich.

Geoff I. Hernández 

sábado, 26 de abril de 2014

El ángel que siempre estuvo detrás...

“Debo decirles que me pone muy contento que hoy Abidal esté aquí con nosotros. Te digo: si te sientes fuerte y tienes ganas, te esperaremos el tiempo necesario, y no olvides nunca que tu lucha será nuestra lucha”, con ese párrafo que desnudó tu alma, armonizaste esa fría noche en el Camp Nou. Era el día de mostrarle el título de Liga 2013 a toda esa multitud que hacía a tu corazón latir con más fuerza y euforia, y dentro del júbilo supiste ocultar los temores que ibas a enfrentar, mientras que todos veían tu sonrisa y la grandeza milagrosa de Abi, en el fondo ya imaginabas cuál podría ser el final de la guerra que enfrentabas, y te dolía. No era falso lo que expresabas o decías, al contrario, era tu honrada forma de demostrarle al mundo entero que los cobardes jamás verían cara a cara a la tempestad cuando esta toca la puerta.

Francesc, siempre fuiste así, distinto, parsimonioso, creado para protagonizar desde un plano menos estridente. Preferiste formar antes que presumir. Como aquella noche en 1986. Monserrat, el amor de tu vida seguro recordará ese día con alegría, y cómo no hacerlo, si siendo el Busquets de tu generación repartiste cuatro asistencias en la final de la Copa del Rey Juvenil frente al Real Madrid, tres de las cuales fueron para Ramón, el ariete afamado del equipo, el mismo que engalanaría con su rostro los diarios de Cataluña al día siguiente. No te importó. Nunca te afectó no ser el foco de atención, y tu organismo era inmune a esa terrible adicción a ser aprobados. Ni siquiera Danny Muller, ese enemigo injusto que quitó tu puesto en el filial, pudo arrancarte el sueño que cabalgaba libre dentro de tu corazón. El mayor talento de Muller era ser yerno de Johan Cruyff. Pero siempre tuviste claro que el don te llevaría a donde la influencia  jamás tendría acceso.

Así creciste y evolucionaste, o involucionaste como jugador dirían algunos, yo me rehúso a verlo de esa manera. La visión tuya del fútbol era superior, y los entes superiores siempre consiguen el éxito. Sufriste la patología Marcelobielsitis, esa que no permitió al loco de Rosario plasmar como jugador en una cancha lo que en su cabeza viajaba desenfrenado. Por suerte, el fútbol sin líderes no existiría, y allí Dios les tenía un premio a la constancia y a la lucha a Marcelo y a vos.
Francesc, te llevaste al lugar de descanso un título que ni el mismo Josep Guardiola puede presumir, y es haber formado, entrenado y visto fructificar a la maravillosa generación del ’87, liderada por Lionel Messi, Gerard Piqué y Cesc Fábregas. Ese 2001 sublime cuando conociste a los chicos que siete años después tomarían tus conceptos y los convertirían en arte, y es que no era alocado imaginarlo, si en ese año del Cadete B, tú tenías 33, ellos 14, no perdieron ni un solo partido en toda la temporada, tus métodos algo exigentes para la edad de la banda del 87 produjo un festival de buen fútbol. Quien entrega identidad a un joven, libera a toda una generación. Eso hiciste y por eso jamás serás olvidado.

Los atardeceres de la Ciutat Esportiva te extrañarán, los vestuarios te extrañarán, Messi te extrañará a ti, y a los discos de Coldplay o The Cure que solías llevar para sonarlos luego de los entrenamientos, manteniendo esa teoría de que una derrota siempre será superada luego de escuchar alguna buena canción de Keane.

Protegiste a Guardiola, fuiste su escudero, creíste en él cuando ni él mismo lo hacía,  lo acompañaste en la arriesgada aventura de tomar el Barca B tirado en el fondo de la tercera división y lograron regresarlo a donde pertenece, como campeón a segunda. Aplicaron la ley más fuerte que existe en este universo, la ley del acuerdo, fusionando la hermandad, con la responsabilidad y el don, creando un sistema pedagógico que cambió eternamente la forma de concebir el fútbol. Entendieron que el fútbol es un espejo de la vida, y que la vida hay que llevarla con estética, con dominio y con mucha entereza. Indagaron, innovaron, inventaron, hicieron del triunfo un hecho cotidiano, y luego de rozar la perfección es imposible no sonreír recordando la leyenda que lideraron. Leyenda que en parte tuvo nacimiento en una de esas tardes en la Ciutat, donde una insistencia tuya Tito, sin precedentes, empujó a Guardiola a correr a Eto’o a la banda, obligando a los centrales del Madrid a perder la referencia de la zona defensiva, otorgándole la libertad que necesitaba Leo Messi para hacer de ese Clásico en el Bernabéu la consagración de la perfección. 2-6 quedaría consumado el triunfo. Gracias por creer en tu locura Francesc, y ser parte de la preparación del exquisito manjar del falso nueve.

…y así es cómo te voy a recordar, Francesc Vilanova I Bayó, como el ángel que siempre estuvo detrás de ese proyecto genuino de igualdad entre carácter y nivel futbolístico llamado Barcelona.

Hoy me pongo de pie y aplaudo con emoción y lágrimas en mis ojos este día. Porque ha nacido una leyenda. Te prometo contarles a mis hijos el empujón que le diste a Mourinho luego de su arranque de inferioridad, te prometo alegrarme cada vez que vea la celebración tuya luego de completar la remontada aquella lluviosa noche en Sevilla, te prometo que tu estandarte jamás caerá a tierra, y te prometo que el tiempo obligará a las próximas generaciones a buscar el punto de grandeza y para conseguirlo tendrán que recordar esos días dorados cuando la magia existía y la perfección se trajeaba de azulgrana. Descansa Tito, hazlo sin resquemores, sin preocupaciones, Adriá llegará a primera división y usará el 7, tu favorito, y Carla será una abogada de lujo, de Monserrat no te preocupes, el amor que le sembraste la protegerá. Seguirá amándote con la misma fuerza con la que te conoció, y termino esta epístola recordándote que ese último acto de dignidad que hiciste al alejarte los dos meses finales de tu vida para no hacer sufrir a tu familia y a tus amigos, solo lo haría un ángel que siempre estuvo detrás.

PD: Seny, pit i collons!!

Tito Per Sempre Etern!


Geoff I. Hernández

miércoles, 23 de abril de 2014

Alusiones Personales (Parte IV)

(El resquemor de mis aliados II)

Lo de Napoleón es un poco más vago, sinsentidista, lleno de vacíos, y de un desfile de tristes historias cuyo único resultado establecido en su vida fueron los seis intentos de suicidio que lleva hasta hoy. Él es la consecuencia de los decretos, la maldad, la tortura y el poder de la palabra. Lógico,  su madre Anelka  tenía apenas catorce años cuando salió embarazada del papá de su mejor amiga, Sandra. El decrépito Golberg, como le conocían en la granja, tenía una predilección hacia los virginales cuerpos de las niñas del condado. Su plan era simple, tan simple como satánicamente efectivo, invitaba a las amigas de Sandra a su imponente granja a las afueras de Odpor y mientras las pobrecitas adolescentes se saciaban de comida que jamás verían en su casa, Golberg escogía a una al azar, y la invitaba a su salón de trabajo para mostrarle la nueva máquina de diversión que había adquirido en uno de sus viajes a Shakoff. Era una máscara de oxígeno enchufada a una bombona llena de halotano, y él les mentía diciendo que  era un regalo de Zeus y que al inhalar el aire, irían a una nueva tierra de dragones y hechiceros. En parte era cierto, los dragones y los hechizos quedaban tatuados imborrables en la mente de las  niñas. Las dormía, y se les encimaba como una fiera salvaje, pues solo el efecto de la droga duraba quince minutos, lo justo para dos acabadas.  Así duró por tres años, hasta que el hermoso juicio de un cáncer testicular acabaría con la vida del violador, no sin antes hacerlo morder la tierra con dolor, sufrimiento, y gusanos carcomiéndose las llagas de sus entrañas.

Anelka fue despreciada por su familia entera al enterarse del embarazo, nunca le permitieron decir quién era el padre o cómo había ocurrido. Dentro del seno de una familia de mesiánicos ortodoxos, los argumentos son historias sin interés que se lleva el viento de primavera. Obligada a lavar, planchar, cocinar, ordeñar y arrear el ganado hasta el sexto mes de embarazo, y el peor de los castigos que recibía le tocaba los sábados, cuando Don Javish Uret, padre de Anelka y abuelo del niño que aún no nacía, la obligaba a caminar descalza desde el centro de la ciudad hasta la casa, que según una investigación que hice, eran 11 kilómetros y medios, sin obviar los 43 grados de temperaturas y los clavos en el suelo que la esperaban antes de entrar a su cuarto. Todo esto, decía Don Javish, como recordatorio de que: “En mi casa las putas conocerán el infierno”. Desde el momento en que se retrasó su menstruación, hasta el día en que no pudo ocultar más el crecimiento acelerado de su abdomen rebelde, Anelka lloraba todas las noches en su cama, se chequeaba constantemente su ritmo cardiaco, que sin explicación alguna – Al menos para ella -  se aceleraba y ralentizaba a cada rato. Maldecía el fruto de su vientre, y se golpeaba, y señalaba la barriga asegurándole que iba a pagar con cada respiración que tuviese todas las miserias que ella había vivido, eso me lo dijo Napoleón con lágrimas en los ojos el día que terminamos de armar el acto de redención. Las desgracias se visten de muchos colores, y de muchas formas. Algunas son culpas nuestras, otras son cargos espirituales que tenemos encima producto a las maldiciones del árbol genealógico.

Al mes siete no pudo más, después de haber ordeñado a 17 vacas y de haber hecho 40 kilos de queso, el grifo de la maternidad se había abierto en la entrepierna de la joven Anelka, quién con gritos y sollozos hizo el trabajo de parto ayudada por la esclava Tenia, africana de buen corazón, quién le sostuvo la mano mientras brotaba la cabecita del prematuro maltrecho. El final de una tortura, y el inicio de una maldición.

Sietemesino, arritmia cardíaca, líquidos en los pulmones y con una ictericia tan fuerte que cuando Don Javish lo vio por primera vez, sonrió y dijo sarcásticamente: “Viste, fornicaria, que las maldiciones vienen en paquete amarillo”. El doctor de la ciudad, Lars Mellov, dijo que las posibilidades de que el niño se mantuviese con vida en las próximas semanas, eran las mismas que tenía Uruguay de ganarle la final del Mundial de ese año en el Maracaná a Brasil. Anelka no entendió, solo dedujo que eran pocas, debido a la risa burlesca que saltaba de los labios de los dos hombres mayores.

Uruguay ganó el mundial, con aquel inolvidable gol de Ghiggia en el minuto 78, y Napoleón se recuperó milagrosamente. Renació del infierno y sobrevivió a la primera guerra de las centenares que este curioso vaivén espiritual llamado vida le tenía preparada. Dos efectos colaterales quedaron en el organismo de Napoleón. 1) Las incesables convulsiones que le atacaba cuando se enojaba y 2) El írrito deseo de vendetta, hacia los violadores y hacia las madres injustas de la tierra. Par de herramientas que serían punta de lanza para el plan redentor. Anelka cuando cumplió 18, siguió con su guión de Guantánamo, torturando al niño, con electricidad, dietas forzadas de comida, cortes en su cuerpecito, inmersiones en la alcantarilla de la casa y cuando se sentía con ánimo solo lo llenaba de mierda de vaca.

Sufrió Napoleón hasta que cumplió ocho, cuando logró escaparse de la hacienda Javish, no sin antes robarle todas las  piezas de oro que el viejo tenía guardada debajo de la cama en un cofre rojo, el mismo viejo que lo obligó a comer un trozo de carne de gato lleno de gusanos que le valió un mes en la zona de cuidados intensivos. Eran casi 40 piezas de oro y ese hermoso caballo blanco que aún recuerdo con emoción. Tú eras un baúl rebosante de odio y yo un arquitecto de vendetta desempleado y con ganas de trabajar.

Hoy tiene 25, y aunque su estúpido error de elaboración del plan nos tiene aquí, al borde de la horca, mi plan b es superior, está lleno de restitución y justicia.

 Él es la base donde reposo mis demonios, Napoleón Indomable.


Melbor Dysis Nell. (G.H)  

El antídoto de Chamartín

1 – En la espalda de Ancelotti hay mucho peso, tanto como en el mítico recinto de Chamartín. Las noches son más oscuras, o quizá más blancas cuando el rugido merengue se despierta. La llegada de Al Capone solo habrá valido la pena si terminan de romper la maldición de la décima. Esa gema valiosa que se le ha escondido a la institución más grande del mundo por más de ocho años. Hoy vencieron, pero sinceramente no sé si eso signifique que estén más cerca de alcanzar la gloria.

2- Desnaturalizarte para ganar. Es un concepto nuevo que pocos logran aceptar – Yo tampoco -  pero que el hincha radical abraza. Eludir el espectáculo, y asegurar la victoria. Discutirle la posesión a los equipos de Guardiola es una estupidez. Nadie salió vivo cuando lo intentaron. Por eso Ancelotti decidió ceder protagonismo, y disfrutar de espacios, pocos, pero espacios al fin. Alonso fue el héroe de la noche. Lúcido, omnipresente, aguerrido. Recordando esa garra que lo llenó de gloria en el Liverpool. Le comió la costilla a Schweinsteiger y le obligó a realizar el peor partido en toda la temporada. Era el rastrillo de la mediacancha, arrasaba con todo. Isco volvió a tener otra de esas noches, donde el silencio y la ausencia de protagonismo lo llena de gloria. Esa pausa brutal que hace en los momentos de transición, hoy le vale al Madrid una Copa del Rey y medio pase a la final.

3 –Muchos son los recuerdos de Guardiola en el Bernabéu. Gloriosos y perfectos todos, hasta el de hoy. Los primeros quince minutos fueron una poesía, una asociación de escritores que postearon una historia maravillosa, pero sin un final feliz. Solo restó el gol para aplaudir la perfección. Le secuestró, una vez más, el protagonismo en su casa al Madrid. Un mundano diría que de nada importa si pierdes, un filósofo pensará en el futuro y reflexiona. Noventa minutos en el Allianz Arena pareciera ser mucho tiempo.

4- Cristiano jugó, pero no compitió. Esto es logro absoluto del Bayern. El asesino de mira exquisita pudo haber liquidado la eliminatoria, y perdonó. En ocho días sabremos la repercusión de esa acción. Bale faltó, y en demasía. Karim sigue demostrando su genética goleadora en Champions y Di Maria, aunque no estuvo mágico como otras veces, respondió y sufrió en los repliegues.

5- Iker vale una Champions. Es difícil ser perfectos por 180 minutos, pero la maestría con la que Casillas limpia los desastres que a veces dejan Pepe y Ramos es de admirar, y te empuja a ver al Madrid como candidato siempre a la pelea. El Santo que lo protegió en Johannesburgo, en Glasgow y en Dortmund sigue más fiel que nunca.

6- Las sorpresas suelen irrumpir en noches especiales como estas. Antes del partido, las miradas merengues y hasta muniqueses, estaban centradas en los laterales del Madrid. Carvajal y Coentrao. Dos monedas al aire, que hoy se contagiaron del coraje colectivo y pintaron un lienzo de partido que secó y minimizó casi en su totalidad las apariciones de Ribery y Robben. Levántese y aplauda al español, cuya deficiencia ofensiva es notable, y al portugués, al cual el dictador Mourinho se encargó de destruirle la autoestima.

Y 7- En Alemania la cerveza tiene otro sabor, las rosas huelen distintos, y el fútbol es otro universo. Guardiola sabe que no salió mal parado del Bernabéu. Que un partido dentro de los parámetros de los primeros tres meses de trabajo aniquilaría al Madrid. La cuestión es  saber cómo reaccionará Ancelotti.  Los fundamentos están echados y la moneda está en el aire. Hoy, el Bayern salió de Chamartín, con una mordida en el calcañar. ¿Será suficiente el veneno inyectado para asesinar a la bestia?


Geoff I. Hernández

martes, 22 de abril de 2014

El manual del Dictador

1 – Simeone salió del Calderón desvestido.  Con frío. Cubierto de las mismas sensaciones que ahogaron a Martino hace quince días atrás. Con un resultado, que aunque no es negativo, dista de lo que esperaban. Es más que el juego. Fue la postura colchonera frente a este reto. Incapaces de mantener la superioridad mental frente a un bloque que dio la vida por el guión establecido en Londres. La posesión de balón se convirtió en el enemigo número uno del cholismo, y esto lo sabía, lo provocaría y lo disfrutaría Mou. Hoy el dictador de Setúbal fue ‘Al capone’ en Madrid. En ningún instante se vio en peligro el manual del dictador. Si Simeone es un tigre, Mourinho demostró que es el Rey de la selva.

2- David Luiz fue el eje de una máquina exquisitamente engranada. Se trajeó del Pepe de aquellas noches del Madrid trivotero de Mou, pero con más clase, sutileza y elegancia. Eliminó sin piedad los dones de Koke y Gabi, y ya esto lo hace merecedor del Man of the Match. Potenció a Lampard y facilitó su trabajo defensivo, y llenó de confianza al alicaído Cole. Mikel se multiplicó al ritmo del brasileño. Fue el culpable del festival táctico blue. Un derroche de responsabilidad.

3-   En esta fase del campeonato la experiencia abofetea al coraje, y esto lo sabe el dictador, quien disfruta al registrar los demonios de los débiles como Costa. Diego tendrá pesadillas con el 26 del Chelsea. Terry lo desdibujó a placer, lo atormentó, lo persiguió en cada momento, y lo obligó a vivir con el peor vicio de un delantero, estar de espalda al arco. El único postal que tendrá Diego de esta oscura noche, será verse de rodillas frente a la vieja guardia.

4- ¿Por qué seguir creyendo que al dictador le interesa entretener antes que la gloria? ¿Es criticable desnaturalizarte para ganar? ¿Podremos saber algún día lo que hay en la cabeza de Mourinho? Lo dudo. Si algo tienen los dictadores, es la capacidad de ocultar sus emociones y destruir al enemigo utilizando todos los recursos que sean necesarios. Mientras el Mono Burgos ofrecía trompadas, el dictador callaba, sonreía en su guarida finalizando el boceto de una obra que aunque sería abstracta para mucho, lo acercaría a su plan político. 50% de la misión está hecha, ahora falta finalizarla.

5- “Si nos dan la pelota, se las devolvemos” sentenció Tiago. Uno de los guerreros del dictador en el 2005. Su ausencia pesó en jerarquía en la zona media del Atlético. Suárez galopaba como potro enfurecido, intentando crear espacios, y buscaba la asociación en toques de primera. Terminaba siempre facilitándole el trabajo al bloque londinense. Por instantes parecía una repetición del Atlético-Barsa de hace dos semanas. Salida limpia de Courtois, toque hacia el medio (Gabi o Suárez), y descarga hacia la  banda. Casi cincuenta centros llovieron en el área de Cech – Maltrecho luego de un córner -  y de Schwarzer – Sobrio en su presentación – Sin peligro. Asustó la ausencia de recursos para responder.

6-  Fernando Torres también entró en el podio. Él solo metió en problemas a todo el sistema defensivo del Atlético. Corrió, marcó, presionó la salida y provocó un par de faltas peligrosas. El dictador que siempre lo ha odiado, lo lanzó en la arena frente a leones furiosos, y salió con altísima nota. Miranda y Godín lo recordarán.

Y 7- Un gol nace de la manera menos esperada, eso lo sabe Simeone y a eso se aferra. Tiene el trabajo más importante de toda la temporada frente a sus ojos, evitar que la semilla de la frustración sembrada por Mourinho produzca sus frutos. Nadie, hasta hoy, había trastocado con tanta fuerza la burbuja de perfección colchonera. El guión, la melodía y el futuro de esta eliminatoria solamente está escrito en el manual del dictador.


Geoff I. Hernández 

lunes, 21 de abril de 2014

Alusiones Temporales (Parte III)

(El Resquemor de mis aliados)

III

Nazut y Vilhem son gemelos de distintos padres. Sí, ya sé que eso es imposible, he intentado hacérselo saber muchas veces, pero ellos insisten en que son parte de una nueva revolución en la raza humana. Iracundos pero obedientes. Culpa de su misterioso carácter tuvo aquel accidente que ocurrió hace más de quince años, cuando el joven Nazut visitó a su tío Elisha al norte del Bestirfá, y aunque fue una desgracia para él, para mí no. Sin el odio diseminado en los anocheceres de su alma, hubiese sido imposible realizar nuestro acto de redención. Los asesinos y vengadores no nacen. Son el resultado final entre la suma del dolor y el sufrimiento del pasado.

Tengo entendido que al sádico tío Elisha lo sentenciaron a la horca luego de descubrirse su responsabilidad en la violación de Nazut. Faltaban dos semanas para la ejecución, cuando Vilhem logró vulnerar el recinto de seguridad de la arcaica prisión: ‘Eduvish’, y con seis piezas de oro – El ahorro de todo un año – sobornó al jefe de cocina, el viejo Pierre Latruck. Entregándole un cruasán de hojaldre relleno de jamón y queso y treinta gramos de esencia de acónito que había conseguido luego de internarse tres meses en las vísceras de la secta ‘La Hermandad’. Allí se hizo amigo de Kaftel, el único negro de la fraternidad,  quien al conocer el caso, no dudó un segundo en abrir su arsenal botánico venenoso y otorgarle la dosis necesaria para el asesinato.  Vilhem y Nazut repartieron periódicos en todo el estado de Odpor. Tres semanas duró el peregrinaje. Necesitaban una pieza de oro más para dársela al viejo Latruck y poder ver el clímax de los síntomas que ahogarían en treinta minutos al organismo pecador del tío Elisha. Es curioso el sistemático giro que torna la vida de una persona sedienta de vendetta. No hay límites, ni fronteras para quien desea justicia. Casi siempre el dolor es la forma más hermosa de ella.

Sentados en el barro yacían los gemelos. Agotados después de una larga jornada de trabajo, que ningún plato exquisito de comida o ducha de agua tibia podía restituir, solo la muerte del tío bastardo sería el antídoto para el dolor y el miedo que se tatuaron en lo más profundo de la vida de Nazut, y de una forma distinta, pero igual de dañina en Vilhem. Vilhem tomó a su hermano por el brazo y lo llevó hacia la cárcel, entrando sigilosamente por la puerta que Latruck le había indicado. Tenían una visualización privilegiada de la desgracia de Elisha. Había una revolución en todo el pabellón, nadie entendía nada, ni los médicos que vinieron de la ciudad pudieron especificar los motivos de lo que ocurría frente a sus ojos. Vómitos rítmicos intensos, diarrea, espasmos musculares, decenas de mini convulsiones, y ríos de sangre que se expandían por cada orificio de su cadavérico cuerpo. Ese era el final de un ser injusto y dañino, y antes de expeler su último aliento, Vilhem se acercó al oído de Nazut y le dijo: “Te dije que la justicia llegaría y se trajearía de suplicio y tortura, y aunque no me es suficiente, al menos ese patán no respirará más”. El rostro de Nazut era una estatua de porcelana. No respondía a ningún estímulo, hasta que giró de golpe y le dijo: “Debemos traer más justicia a esta tierra”, y sonrió.

 Hoy los veo a los dos allí, tirados, sin esperanzas, abrazando a las ratas y a los ayeres en forma de fantasmas, rememorando y culpándose por los errores cometidos. En sus ojos ya no hay sangre, ni vendetta. Solo hay ese largo camino que une a la duda y a la muerte. Ya están muertos, pero resucitarán. Eso lo juro.

Melbor Dysis Nell (G.H)


Pd: La lealtad es la llave que tiene el poder de unir generaciones. 

domingo, 20 de abril de 2014

Alusiones Temporales (Parte II)

(La Tormenta)

II


Odio la rebeldía con todo mi corazón. Ha sido la manzana prohibida de mi edén en muchos capítulos de mi vida. Me eleva a un éxtasis difícil de describir, y luego me arroja al infierno de la deshonra. Enfrentar cara a cara a este sistema invisible, corrupto y dañino, solo lo comparo con esa rubia de ojos verdes, cabellos rizados, de cuerpo perfecto que tanto daño me hace, pero que mientras más la odio, más la necesito. Todo es culpa tuya, Napoleón. Maldigo el día que decidí adherirme a esta estupidez gigantesca. ¿Cómo derribar a un gobierno opresor si ni siquiera pudiste destruir esos ruidos mentales que te gobiernan? ¿Cómo acabaremos con la tiranía si los primeros tiranos somos nosotros al destrozarnos con nuestros propios juicios? Aquí estoy, a tu lado, sin recitarte una sola palabra. Quisiera sacar mi navaja, y tatuarte la espalda, pero luego observo tus ataques esquizofrénicos y retrocedo. Siento pena por ti, y por mí al creer en ti.

Ayer me visitó el párroco de la ciudad- ahora entiendo las razones de mis vómitos matutinos- , malgastó una hora de su vida intentando adoctrinarme bajo las estructuras dialécticas de su religión y luego de girar en círculos verborreicos, terminó  acusándome de ser un terrorista del alma. Es un imbécil. Ni se molestó en traerme un poco de agua limpia. Él  trajeaba su sotana recién planchadita con olor a jazmín, y yo, después de diez días solo huelo a mierda con aroma a yerbabuena. Allí radica la síntesis de la religión mundial. Un montón de caníbales peleándose entre sí para tener la mayor cantidad de almas temerosas bajo su poder. El terror es su arma favorita. Su enlace con el infierno. Te dicen que sufrirás la ira de los dioses si no los sigues y te obligan a entregar todo, pero jamás te enseñan a libertarte de ti mismo. De esa manía autoflagelante que galopa - como purasangre en la sabana-  libre y sin restricciones dentro de tu mente. Tú te podrás cansar de pelear, pero tu enemigo no. Al menos hasta que te vea muerto.

Me enteré del juicio que se acerca. También de los volantes que se reparten por toda la ciudad en nuestra contra. Entendible. Probablemente si estuviese en la posición de los afectados haría lo mismo. Pero esto es redención. No es jugar al kamikaze ideológico, es derrumbar las tinieblas que navegan libres en mi alma. En la de Napoleón. En la de Nazut y la de Vilhem. Ellos creen que al encarcelarnos todo acabó. Ineptos. Apenas esto empieza. Es como la ola que golpea una roca y luego desvía su destino hacia cientos de lugares. Mi corazón sigue rebelde, late sin uniformidad, a veces creo que lo vomitaré. Esta fiebre producto a la picadura de la araña que estaba dentro del pan que me dieron ayer en la noche solo aumentó mi deseo de vendetta. Apelo al silencio cuando irrumpen cada madrugada, y sin piedad alguna encienden sus cornetas a todo volumen. Ese proceso satánico previo al bombardeo de preguntas. Stannis es el guardia más cruel, por él perdí tres dientes. A él y a su pequeñito Seth les tengo un regalo especial.

Napoleón está convulsionando, y los perros de los guardias comienzan a ladrar, el show está por comenzar.

PD: La libertad no se hereda, la libertad se adquiere a precio de sangre, y de mucho temor.


Melbor Dysis Nell (G.H)

sábado, 19 de abril de 2014

Alusiones Temporales (Parte I)

I

Encerrado  eternamente en los laberintos asfixiantes de mi cabeza. Allí, en ese caparazón antiguo nace la ráfaga de pensamientos inclementes, que ahogan, saturan, aturden y eclipsan las llamas de la cordura. Fustigándome sin piedad.  Elaborando universos inhabitables y atiborrados de temor, haciendo de mis días: un abril sin pascuas, un océano sin sal, una ciudad sin historias, y un desierto sin sol.
Sueño con ese día cuando mis poros vuelvan a transpirar libertad, ese instante en que mi corazón lata sin sobresaltos y regrese a la senda original. Ese momento de restitución, y sean enviados al infierno los demonios que aprovechan mis debilidades para acusarme y castigar mi cuerpo. Sonrío al solo imaginarlo.

Mienten. Las cárceles más frías y crueles no existen en este mundo de desorientados, están ahí mismo, dentro de ti, en la frontera entre lo tangible y lo inalcanzable. ¿No te sorprende la facilidad con la que imaginas escenarios oscuros? ¿No te produce interrogantes la pasión que algunas personas tienen para destruir sueños? Desde el día en que Adán pecó, se nos fueron quitadas las llaves de la perfección y de la paz. Siendo empujados a convertirnos en esclavos de lo externo y víctimas del mundo interior, ese compendio de atmosferas que no es manejado por ley humana alguna, esa locación superior que magnifica nuestros temores y engrandece nuestras derrotas.

Apenas alcanzo a ver el lado oscuro de la luna desde esta prisión. No logro distinguir entre el día y la noche, y mis fuerzas se han compactado solo para escapar. Escapar se convirtió en mi verbo preferido, y es que aún intento entender la razón por la que miles le temen al escape – (¿Cómo somos tan miserables para acariciar el monstruo que nos quiere destruir?)-  Estudio estas cuatros paredes a diario, observo sus cimientos, su color añejo, su olor inmundo, su adn maligno, su pasado. Ya conozco todo de ellas, y las odio, se los juro, pero sigo sin conseguir la forma de deshacerme de estos grilletes en forma de raciocinios, ni de los barrotes sedientos de destrucción. Soy culpable de mi pecado lo acepto, pero ¿Por qué es tan alto el precio del perdón? ¿Acaso no tiene valor la justicia que he aplicado desde mi nacimiento? ¿Los atardeceres llenos de integridad tienen menos peso que las noches de ciega pasión? ¿Por qué una respuesta se hace tan dolorosa y difícil de hallar? ¿Por qué?

PD: No olvides qué semillas estás sembrando hoy, serán las culpables de tu mañana.

Melbor Dysis Nell 
(G.H)
  


miércoles, 16 de abril de 2014

Ecos Del Pasado


1- Como un prisionero sentenciado a la horca, meditando en silencio y con más pasado que futuro, así se presentó el Barcelona a Mestalla. Al corriente de cuál sería el final de esa batalla innecesaria. Lleno de telarañas ideológicas que se fueron gestando desde el 26 de Octubre y que terminó su proceso paralizante este 16 de Abril. Ocho días fueron suficiente para arrojar al infierno tres títulos y toda una temporada. Atlético. Granada. Real Madrid. Tres instituciones, treinta y tres futbolistas, y tres técnicos entendidos de que a este Barsa desgastado, deprimido y carente de identidad no se le puede temer. Tres derrotas de etimologías semejantes, un gol tempranero, y luego a tomarse una taza de té, mientras contemplas la descomposición genética del mediocampo culé, cuyo único manual ofensivo se reduce a la torpe salida lavolpiana, el toque hacia el centro y el desahogo a la banda (Producto a la presión) de la peor versión de Alves en toda su carrera. Centro y revoleo de la defensa y volvemos a empezar.

2-  Real Madrid mantiene intacto su respeto hacia el Barsa, incluso más del que debería. Los fantasmas del pasado quizá sigan girando en la cabeza de Ramos, Pepe y hasta Casillas. Hoy tenían todo para golear, excepto a Cristiano, ese asesino en serie de puntería exquisita. Jugaron con espacios, a su ritmo, y frente a un sistema defensivo cuyos integrantes ignoraban el sentido de responsabilidad al momento de retroceder. Esto lo agradeció Bale, quién firmó una de las esprintadas más espectaculares que he visto en mucho tiempo (Amén del fairplay de Bartra, quien temió empujarlo al galés), definiendo por debajo de las piernas de un Pinto de otra división. Honor a Di María, quién sigue alzando su cotización en el Wall Street del fútbol mundial. Es como un galgo rabioso y sediento de gloria. Por fuera, por dentro, presiona, muerde, centra, patea. Es una caja de Pandora de contenido eterno. Sería una locura dejarlo ir.

  3- El Madrid de Isco es lo más parecido a la herencia de Mourinho. Tres toques eran suficientes para transformar una aburrida sesión de toques del Barsa a una contra letal, guiada por un director de orquesta que tenía las hojas pentagramadas lúcidas y correctas para hacer sonar al chelo de Benzema y al violín de Bale. Él es el culpable de los errores que jamás se le habían visto a Busquets. Él inició el primer gol y llenó de nubes a la zona dos blaugrana. Modric sigue siendo frío, como su mirada. Frente a cualquier arritmia de juego, llega él con su paz interior para frenar y rearmar. Tremendo Luka. Benzemá corrió, quizá más que en otros partidos, pero sus movimientos no eran para beneficio propio, eran para empujar a Bale al 1x1 en banda, el plato preferido del 11. Karim, sigue siendo un delantero polivalente, y sólido desde la salida de Higuain. Entiende lo que el equipo necesitaba para ganar y lo cumple.

4  4- Daniel Alves es el culpable de muchas de las desgracias del Barcelona y Mascherano es quién más sufre su crisis. El brasileño ataca sin pensar en sus espaldas, sin pensar en los centrales, tira al menos cien centros por partidos, ninguno termina en nada. Intenta desesperadamente ocultar sus carencias con alguna ocasión de gol. Lo que no entiende Dani es que mientras su cerebro no esté en armonía con su físico será imposible que sus galopadas anárquicas sean productivas. Ignora aquel principio de Guardiola que decía: “Laterales, sois libre de atacar, solo si sois responsable en su zona de defensa y no complicais la de vuestros compañeros”. Hoy Alves está en la cornisa. Desorientado. Sin ideas. Ahogando sus penas en el mundo 2.0. Perdió el balón que terminó en gol de Di María. Bale surcó libre por su zona defensiva para anotar el segundo y Benzema desaprovecho el vacío en la derecha, errando al menos tres claras. Alba, jugando roto, supo limpiar los charcos que el brasileño dejaba en su embriaguez futbolística.

  5- Ni Martino, ni Ancelotti. Ninguno pesó en el encuentro. El juego se desarrolló bajo el guión de los veintidós jugadores. Lo del rosarino ya es una resignación que data desde hace cuatro semanas. Atado de manos. Lo que sí sorprendió fue la respuesta del italiano luego del segundo gol del Madrid. Varane y Casemiro, empujando al Madrid a jugar al lado de Casillas, y permitiéndole al Barsa trasladar la pelota con un peligro escalofriante. Sí, es verdad, faltaban cinco minutos, pero casi paga la cobardía cara. Me preguntaré siempre con insistencia, qué hubiese ocurrido si Neymar ponía el 2-2 en el minuto 90. ¿Aguantaría el Madrid 30 minutos más con cuatro centrales en su propio arco? ¿Fue la decisión más sensata de Ancelotti defenderse con diez? No lo creo, y millones de madridistas tampoco. Por suerte, no terminó en tragedia esa decisión. Con todo eso, ya Ancelotti sumó su primer campeonato, y con una sonrisa en el rostro prepará la guerra contra los alemanes.  

Y 6- Messi sigue dolido, como un hijo castigado por su padre. Con la mirada perdida. Lleno de pensamientos taciturnos que nublan su conciencia y no le permiten esprintar en cada jugada. Quizá no sea tan fanático de la libertad extrema. Quizá necesite a alguien en la banda técnica que le recuerde quién es. Quizá guarde su furia para el mundial, quizá le cuesta zafarse de las jaulas defensivas, o quizá simple y sencillamente ve la transformación de este Barsa y esté triste. Quizá.


Geoff I. Hernández.