Querido Sergio, esta epístola va para ti.
Dejemos descansar un poco a Chuty que bastantes alegrías nos ha entregado en
este último año. Hoy me atreveré a hablar en nombre de los miles de seguidores
que tienes alrededor del mundo, porque estoy seguro que un poco de mesura y
literatura te sentará de maravilla.
Por más que exijo mi capacidad de
imaginación al máximo, me cuesta concebir cómo habrán sido esos días previos a
la internacional. Las noches en vela. Las apuestas internas de cuál sería tu
contrincante en primera ronda. El envión anímico de tu familia, y tus amigos.
La responsabilidad de tener el peso actual del freestyle español en tus hombros.
Y hasta, ¿Por qué no?, la fantasía de levantar ese cinturón precioso ante once
mil personas en el país de tu eterno rival.
No pretendo sonar filosófico, ni mucho
menos. Pero ese escenario se mostraba como una tentación ineludible. Así como enfrentaste
a un país entero en la Big Bang del 2016 en Argentina. El gran profesionalismo
que manejas jamás te permitirá decirlo de forma pública, pero la oportunidad de
arrebatarle el oro a Mauricio en su casa era el mejor estímulo de todos, en
especial, porque sabías que no solo debías vencer su punchline sobrenatural, su
musicalización que ahora abarca hasta las bases de trap, su ingenio, y su
capacidad de respuestas, sino que esta vez el reto era mayúsculo, soportar el
tormentoso silencio del pueblo mexicano que estaba sediento de un campeonato
desde la injusticia sufrida por su mayor exponente, por allá en Barcelona 2014.
Lidiar con los fantasmas del pasado – sí, hablo de Jony Beltrán, las votaciones
dudosas, y lo difícil que se te ha hecho la Red Bull – y también superar el
nivel del resto de participantes, convirtiendo estos elementos en una compleja
ecuación de difícil solución. Un pequeño detalle tendría el poder de derribar
el plan principal, y así ocurrió.
No gastaré tinta hablando sobre la batalla
contra Yenky One. Ya habrá miles de videos, análisis, y escritos especializados
en eso. Ni tampoco apuntaré de forma despiadada al jurado, pues con solamente
recordar a Residente viendo con recurrencia las votaciones de Dtoke, y Danger
previo a las deliberaciones, emulando a ese estudiante que no hizo sus deberes
y aun así presentó el examen, me basta para sentir pena por él. Aunque, vamos.
Hay que dejar registrada esa frase histórica de Eptos: “Sí, Chuty tuvo un
contenido más profundo, pero Yenky tuvo mejor puesta en escena. Eso vale más”.
Solo dos adjetivos añadiré: Increíble e Inadmisible.
…y aquí es donde necesito que Sergio
comprenda el trasfondo de estas letras, porque bien lo dejaste patentado en los
octavos de final de la nacional de España 2017 contra Vegas: “A veces pierdo, y
agacho la cabeza, lo bueno es que luego Sergio es el que piensa, y hace que
Chuty se levante con más fuerzas”. Entiendo que podrás refutarme diciendo que
no hay fuerza alguna que detenga la injusticia y la corrupción, y tienes razón,
pero también estoy seguro que sabes que no hay injusticia lo suficientemente
grande que pueda destruir y eclipsar los frutos del arte. Y eso es Chuty, la
representación del arte. El don que tienes para hacer malabares con las palabras
a través de la música, te hace un patrimonio mundial del freestyle, que no
puede ser detenido por un puñado de desconocedores que ven la cultura como otro
brazo de su capitalismo salvaje.
Cuando el pensamiento oscuro del retiro o
del alejamiento de la competencia, quiera de nuevo bombardearte el espíritu,
anda y haz como yo, coloca en la puerta de tu cuarto el poema de Walt Whitman
llamado ‘No te detengas’, léelo, reléelo, y recuerda que somos miles y miles de
personas que con alegría disfrutamos de tu don. No olvides que Mauricio sufrió en
demasía para finalmente colgarse la internacional. Si la gloria fuese sencilla
de alcanzar, la mediocridad no llenase a diario la caja de comentarios de YouTube
y de las redes sociales.
El 2017 está a punto de terminar, y desde
aquella exhibición que tuviste con Skone en contra de Zasko y BTA en enero,
muchas cosas buenas te han ocurrido. Títulos, minutos épicos que retumban en la
cabeza de millones de personas, respuestas mágicas, ingenio puro y duro, en
fin. Un compendio de freestyle de verdad.
Sergio, dile a Chuty, que se embriague, que
llore un poco si es necesario, que se tome una semana de vacaciones, que lea
algún cuento de Antón Chejóv, y que salga de nuevo a la cancha, porque no hay
una cosa más hermosa en esta vida que hacer lo que uno ama. Lo mío es escribir.
Lo tuyo es improvisar. Salirse de esa fórmula es aceptar la única derrota que
sí duele para siempre: Vivir en infelicidad.
Lionel Messi, ya tiene 30, y aún sigue
intentando alcanzar la Copa del Mundo. También deseó retirarse, también sobrellevó
la injusticia en carne viva, y las hieles de la derrota. Sufrió en silencio con
los suyos, dejó que el tiempo sanase las heridas de las batallas, se
reconfiguró, regresó, puso a Argentina en sus hombros, y tendrá una nueva
oportunidad el año que viene. Mírate en ese espejo.
PD: ‘No permitas que el fracaso te
deteriore el autoestima, cuando ganas el mensaje de admiración es tan confuso
que estimula en demasía el amor propio, y eso deforma tanto. La derrota es
formativa, nos vuelve sólidos, y coherentes, y nos acerca a las convicciones’.