sábado, 9 de diciembre de 2017

La balada de un campeón herido

Querido Sergio, esta epístola va para ti. Dejemos descansar un poco a Chuty que bastantes alegrías nos ha entregado en este último año. Hoy me atreveré a hablar en nombre de los miles de seguidores que tienes alrededor del mundo, porque estoy seguro que un poco de mesura y literatura te sentará de maravilla.

Por más que exijo mi capacidad de imaginación al máximo, me cuesta concebir cómo habrán sido esos días previos a la internacional. Las noches en vela. Las apuestas internas de cuál sería tu contrincante en primera ronda. El envión anímico de tu familia, y tus amigos. La responsabilidad de tener el peso actual del freestyle español en tus hombros. Y hasta, ¿Por qué no?, la fantasía de levantar ese cinturón precioso ante once mil personas en el país de tu eterno rival.

No pretendo sonar filosófico, ni mucho menos. Pero ese escenario se mostraba como una tentación ineludible. Así como enfrentaste a un país entero en la Big Bang del 2016 en Argentina. El gran profesionalismo que manejas jamás te permitirá decirlo de forma pública, pero la oportunidad de arrebatarle el oro a Mauricio en su casa era el mejor estímulo de todos, en especial, porque sabías que no solo debías vencer su punchline sobrenatural, su musicalización que ahora abarca hasta las bases de trap, su ingenio, y su capacidad de respuestas, sino que esta vez el reto era mayúsculo, soportar el tormentoso silencio del pueblo mexicano que estaba sediento de un campeonato desde la injusticia sufrida por su mayor exponente, por allá en Barcelona 2014. Lidiar con los fantasmas del pasado – sí, hablo de Jony Beltrán, las votaciones dudosas, y lo difícil que se te ha hecho la Red Bull – y también superar el nivel del resto de participantes, convirtiendo estos elementos en una compleja ecuación de difícil solución. Un pequeño detalle tendría el poder de derribar el plan principal, y así ocurrió.

No gastaré tinta hablando sobre la batalla contra Yenky One. Ya habrá miles de videos, análisis, y escritos especializados en eso. Ni tampoco apuntaré de forma despiadada al jurado, pues con solamente recordar a Residente viendo con recurrencia las votaciones de Dtoke, y Danger previo a las deliberaciones, emulando a ese estudiante que no hizo sus deberes y aun así presentó el examen, me basta para sentir pena por él. Aunque, vamos. Hay que dejar registrada esa frase histórica de Eptos: “Sí, Chuty tuvo un contenido más profundo, pero Yenky tuvo mejor puesta en escena. Eso vale más”. Solo dos adjetivos añadiré: Increíble e Inadmisible.

…y aquí es donde necesito que Sergio comprenda el trasfondo de estas letras, porque bien lo dejaste patentado en los octavos de final de la nacional de España 2017 contra Vegas: “A veces pierdo, y agacho la cabeza, lo bueno es que luego Sergio es el que piensa, y hace que Chuty se levante con más fuerzas”. Entiendo que podrás refutarme diciendo que no hay fuerza alguna que detenga la injusticia y la corrupción, y tienes razón, pero también estoy seguro que sabes que no hay injusticia lo suficientemente grande que pueda destruir y eclipsar los frutos del arte. Y eso es Chuty, la representación del arte. El don que tienes para hacer malabares con las palabras a través de la música, te hace un patrimonio mundial del freestyle, que no puede ser detenido por un puñado de desconocedores que ven la cultura como otro brazo de su capitalismo salvaje.

Cuando el pensamiento oscuro del retiro o del alejamiento de la competencia, quiera de nuevo bombardearte el espíritu, anda y haz como yo, coloca en la puerta de tu cuarto el poema de Walt Whitman llamado ‘No te detengas’, léelo, reléelo, y recuerda que somos miles y miles de personas que con alegría disfrutamos de tu don. No olvides que Mauricio sufrió en demasía para finalmente colgarse la internacional. Si la gloria fuese sencilla de alcanzar, la mediocridad no llenase a diario la caja de comentarios de YouTube y de las redes sociales.

El 2017 está a punto de terminar, y desde aquella exhibición que tuviste con Skone en contra de Zasko y BTA en enero, muchas cosas buenas te han ocurrido. Títulos, minutos épicos que retumban en la cabeza de millones de personas, respuestas mágicas, ingenio puro y duro, en fin. Un compendio de freestyle de verdad.

Sergio, dile a Chuty, que se embriague, que llore un poco si es necesario, que se tome una semana de vacaciones, que lea algún cuento de Antón Chejóv, y que salga de nuevo a la cancha, porque no hay una cosa más hermosa en esta vida que hacer lo que uno ama. Lo mío es escribir. Lo tuyo es improvisar. Salirse de esa fórmula es aceptar la única derrota que sí duele para siempre: Vivir en infelicidad.

Lionel Messi, ya tiene 30, y aún sigue intentando alcanzar la Copa del Mundo. También deseó retirarse, también sobrellevó la injusticia en carne viva, y las hieles de la derrota. Sufrió en silencio con los suyos, dejó que el tiempo sanase las heridas de las batallas, se reconfiguró, regresó, puso a Argentina en sus hombros, y tendrá una nueva oportunidad el año que viene. Mírate en ese espejo.

PD: ‘No permitas que el fracaso te deteriore el autoestima, cuando ganas el mensaje de admiración es tan confuso que estimula en demasía el amor propio, y eso deforma tanto. La derrota es formativa, nos vuelve sólidos, y coherentes, y nos acerca a las convicciones’.


miércoles, 8 de marzo de 2017

Un día en el paraíso...


   1- Los verdaderos Reyes nunca mueren. El fútbol nos ha aleccionado una vez más, entregándole la gloria al portador de la fe, el talento y la pasión, y dejando relegado al multiplicador del temor. Probablemente el pasar de los años acentuará el hito que el Barcelona consiguió esta noche. La historia se basaría en creer que era posible remontar, y desde aquella despedida de Luis Enrique, cada bloque que representaba la imposibilidad cayó. Y el PSG lo sabía.   

    2- La primera fotografía del partido resumiría las armas que ambos conjuntos utilizaron. Ataque frontal blaugrana, y retraso descarado parisino. El escenario que Unai Emery promovió era claro. Bajo ningún aspecto quería la confrontación directa frente a Messi. Se entiende que la intención era frenar al 10, y luego esperar los errores de construcción que ha tenido este Barcelona versión 2017, donde el ataque estático se reduce a individualidades. Y allí acertó Unai. El problema es que el fútbol no es una ciencia exacta, y hay miles de circunstancias imposibles de anticipar.

    3- Los primeros dos goles del Barcelona demostraron el surrealismo que escondía el guion de este partido. Sin estética, sin lógica, ni cadenas de posesiones largas e inteligentes. Sin una pizca de ese fútbol paciente y artístico que estremeció al mundo hace unos años atrás. Es más, fue todo lo contrario. Una representación digna de esta nueva era que propulsó Luis Enrique. Porque cuando el fútbol se esconde, apelar al corazón es imprescindible.

   4- PSG inició el segundo tiempo con la esperanza de que el temblor cediese, pero ocurrió lo contrario, todo iría a peor cuando una inocentada de Meunier produjo el penal que Messi convirtió en 3-0. A partir de ese resultado aparecería un punto de inflexión que quizá el 6x1 eclipsó. Luis Enrique fue el constructor de la remontada histórica, golpear eso sería una estupidez. Pero el partido pedía la inserción de Alba y retomar la línea de cuatro, y así buscar el gol con más orden en las tres zonas.

   5- El técnico culé no lo hizo, y prefirió mantener la dinámica del golpe a golpe, que le permitiría al PSG tener su segunda y tercera ocasión clara de gol, gracias a un pivot tremendo de Kurzawa – ganándole la posición defensiva a Rakitic- y una resolución de Cavani que exaltó la definición de Menotti: “A Edixon hay que construirle espacios y dejarlo que defina de primera”. 3-1, minuto 62 y eliminatoria definida. O quizás no.

   6-  Los minutos posteriores al gol de Cavani fueron una terapia psicológica para el Barcelona. El primer paso para los históricos 10 minutos finales fue dado por el público. Los 100 mil espectadores se mantuvieron firmes a pesar de tener todo en contra, como si creyesen que el fantasma de 1999 merodearía el Camp Nou de nuevo. El reloj seguiría su curso, y el PSG terminaría de suicidarse al fallar dos mano a mano que hubiesen liquidado la eliminatoria.

   7- A partir del 88 es muy difícil intentar analizar lo ocurrido desde lo futbolístico, pues el encuentro  se convertiría de forma dramática en una historia de García Lorca. Un relato épico que las siguientes generaciones seguirán recordando con una sonrisa.

   8- Neymar Junior nunca dudó. Y su fe sobrenatural abrazó a sus compañeros cuando estos comenzaban a bajar los brazos. Messi entendió que el penal lo debía cobrar el brasileño, quien a ese momento del partido no jugaba, levitaba. Madurez y grandeza. Y el punto final sería ese enganche sutil antes de centrar con el pie izquierdo para abarrotar de gloria a Sergi Roberto. Terminando así  el guion inaudito que se escribió en los lugares celestiales del fútbol. Cuando la calidad colectiva parecía imposible, allí estuvo Neymar. El despegue de un gigante. Del sucesor en el trono. Del mejor amigo de Leo.

y 9- PSG pagó muy caro sus demonios. La inocencia y la poca experiencia en escenarios tan turbulentos le permitieron al Barcelona más aguerrido de la década convertir una tormenta, en un día hermoso en el paraíso.

Geoff I. Hernández