1- El primer
hachazo a la esperanza se dio al ver la alineación. Enfrentamientos ilógicos
productores de desgracias. Cíchero obligado a luchar disparejamente contra Alexis.
Seijas, destinado a verle el número y disfrutar de la magia de Valdivia sin
tener las herramientas defensivas para detenerlo. Rondón y Josef empujados a la
disociación. Solo iban a estar cerca en la hoja de anotación, porque en el
campo, estarían en dos continentes distintos, y Arango, lejos estaría de ser
protagonista. No había que ser un filósofo entendedor del
fútbol para vaticinar un chubasco sinfónico rojo. Sin temor a la crítica, lo de
Chile fue un espectáculo de fútbol total. De magia. De solidaridad. Un
concierto de fundamentos tácticos y técnicos que desnudó el lado más oscuro de
nuestra selección. Viva Bielsa y viva Sampaoli por mantener un proyecto que con
Borghi parecía hundirse en las lúgubres aguas de la miseria.
2- Y es que el
horizonte siempre será esa caja de pandora llena de misterios, y en el fútbol, la
idea es la materia prima más exquisita del universo. Quienes adhieren a su ADN,
un gen o patrón de juego, siempre tendrán más oportunidades de ganar que
aquellos cuya base de trabajo es la arenga y la táctica fija. Las emociones y sus consecuencias. Antes de la
entonación de los himnos, Venezuela ya tenía dos goles en contra. Nos sentíamos
inferiores. Incapaces de moverle los cimientos a Chile. Ese brillo en los ojos
de nuestros jugadores después de la Copa América se disipó, como se disipó el
modelo, la idea, las ganas de patear la historia. Ayer, nos tiñeron de
cenicienta, y es que jamás se criticará la derrota – Por ser la síntesis del
fútbol – Lo que se acusará sin piedad, es la involución. El cese de la ilusión.
Hoy más que nunca, estamos lejos de un mundial.
3- Jorge Valdivia
es un ser superior, que brotó de la misma raíz de Fábregas, de Iniesta y
Gerrard. Ayer estuvo inmenso. Omnipresente. A un escritor no le puedes dar una
musa, porque te regala una novela imposible de olvidar. Eso hizo Valdivia,
escudriñar en los demonios de Venezuela y cenarse todos los espacios dados por
la zona de ruptura central y regalar un recital de calibre fino, que traspasará
generaciones. (Y pensar que nació en Maracay). Vidal, Medel, Aránguiz y Vargas
fueron galgos furiosos, sedientos de cuero, y de gloria. Por instantes parecía
que estuviesen jugando 20 contra 11. Presión alta como estilo de vida. Ayer
revivió esa ley inventada por Guardiola, la de los cinco segundos para
recuperar el balón. El anticipo de la Roja aturdía, frustraba y obligaba a los
vinotintos a regresarle la pelota. Alexis fue Alexis en una noche donde debía
ser Alexis. Un dribleador nato. Asociativo por genética. Un finalizador creado
para dar grandes emociones. Cíchero vio de reojo a su némesis lucirse en el
Nacional.
4- El partido
llamaba a una lectura distinta. Hay que ser bien osado para apostar al
protagonismo en Santiago cuando el orden defensivo iba a ser el camino para
frustrar a Chile e intentar atacarlos con las armas habidas en el arsenal
vinotinto. De atrás, hacia adelante, así hemos jugado desde hace tiempo, y es
difícil explicar el porqué del cambio brusco en un partido tan vital. Luisma Seijas,
solo sirvió para estorbar la zona de gestación. Ni generaba. Ni quitaba un
balón. A Lucena, le producía alergia la pelota, y a quién no, si apenas al tocarla,
ya tenías a dos leones vestidos de rojo oliéndote la sien. Cíchero, hace rato
demostró que como lateral izquierdo es un gran defensa central, pero la testarudez
es el vicio más difícil de erradicar del hombre. Vizcarrondo sin Amorebieta, es
como Marcos Pérez Jiménez sin Pablo Estrada. Maestrico sigue con la lucidez
intacta, pero cuando se le cierran los espacios, es un poeta sin musa, un
pintor sin lienzo, un alma sin ideales. Todos los caminos llevaban a la
derrota, y así ocurrió. 3x0.
5- “Cenizas de
rosas”. Eso resta para nuestra selección en estas eliminatorias. El triunfo de
Uruguay sobre Perú fue ese puñal que terminó de sepultar toda esperanza, y es que
aún hay posibilidades matemáticas, pero las actualidades futbolísticas y los
números, son dos universos totalmente distintos. Hoy no hay la brillantez
necesaria para estar dentro de un bombo en el sorteo del Mundial Brasil 2014.
La sinceridad duele, pero es el camino más genuino al crecimiento. Cuando se
tienen elementos como Maestrico, Arango, Josef, Rincón – Aunque por su
inmadurez no jugó ayer – Orozco, y Rosales, es imposible apuntar al revoleo
excesivo y al miserable – Con el perdón de la expresión- pase largo efectivo
como patrón de juego. Inaceptable. Están los materiales, pero también la ausencia
de un arquitecto idealista.
6- Las
vestiduras blancas de la esperanza no pueden ser ensuciadas nunca por el lodo
grisáceo de la injusticia. El gol anulado hubiese producido otro juego, como no
lo hubiese hecho. El ímpetu del segundo tiempo ilusionó a un país que otra vez
sale de un partido con el rostro bajo y el sueño en el infierno. Esta era está
esbozando los últimos alientos, y la retrospección es lo que nos queda. Les
invito a que me ayuden a responder este cuestionamiento que me cincela el alma
y me corroe las articulaciones: ¿Cuándo perdimos el rumbo?
Geoff
Israel Hernández.
yo diría que primordialmente desconcertó y aplaco a los muchos el gol anulado!!.. que practicamente se estaba jugando con otro jugador extra que era los arbitros...
ResponderBorrarpero eso no deberia ser impediemento no??... igual tengo esa disyuntiva cuando se perdio el animo?, cuando se perdió el rumbo?? :(... que tristeza!