1- Después
del pitazo inicial la única fiesta legítima se vivió en la grada. En la cancha
solo se enfrentaban los temores del pasado de Sabella y la inocencia de una
debutante anestesiada ante la euforia global. Por el bien del espectáculo, y el
funcionamiento colectivo albiceleste, Sabella debería arrojar a los infiernos
la línea de cinco. Campagnaro, Garay y Fernández hacían las temporizaciones a
destiempo, alejados de la realidad. En el momento más crítico de la albiceleste
en el primer tiempo no se distinguía entre el 3-5-2 o 7-0-3 versión Sabella
(2014). El desprendimiento de Zabaleta y Rojo nunca provocó ni una ocasión de
peligro, y la única sensación percibida era la del defensa que sobraba en zona
uno.
2-
Argentina
y Bosnia regalaron el peor primer tiempo de todo el mundial, y dudo mucho que
pueda haber un peor inicio que este. Autogol de Kolasinac, y a partir de allí
todo fue a peor, y en una línea descendente tanto en calidad como en
responsabilidad. ‘Los guerreros de Herzegovina’, mostraron su folio de
intenciones, y en el apartado número uno apareció el rostro de Messi, al que
debían frenar, y lo hicieron, el ‘10’ se ausentó toda la primera parte gracias
a la correcta ejecución de la cárcel entre Spahic-Hajrovic-Misimovic.
3-
En
un Mundial el deseo lo es todo. Y eso es lo que por momentos asusta de la
Argentina, una bipolaridad frenética que solo es superada cuando el genio se
zafa de las constantes jaulas. Sabella en el entretiempo engulló sus temores y
trabajó sobre su error, dándole ingreso al hombre que cambiaría el rumbo y la
rítmica del partido, Fernando Gago. Mascherano creció en confianza, Messi se
potenció y Di María se olvidó un poco de sus espaldas con la inserción de Gago
en el doble-cinco. Sabella entendió que en su búsqueda infinita del equilibrio,
le había quitado el desequilibro a su equipo de tres cuartos de cancha hacia el
gol, Gago entró, reinició, y moldeo un segundo tiempo aceptable.
4-
Es
difícil analizar lo que podrá ser el futuro de Bosnia, hoy se les vio las
fisuras lógicas del debut. Nerviosismo en las asociaciones, ineficiencias en
los centros y sobre todo, una caótica transición defensa-ataque que le
fustigaba la vida a Dzeko quién pasó toda la noche en constantes diagonales
sinsentidistas. La accesibilidad del grupo le permitirá al técnico y a los
jugadores, indagar en sus carencias e intentar repescar las razones que lo
clasificaron al Mundial.
5-
Sergio
Romero te enamora y luego te es infiel. Es así y siempre lo será. Dos tapadones
brillantes que evitaron a la Argentina caer en las religiosas complicaciones de
todo el ciclo Sabella, y luego ese gol Ibisevic que encienden todas las alarmas
instaladas en Ezeiza y en la 9 de Julio. El destino lo escribió, y Sabella ni
se inmutó. El arquero es Romero, y allí se mantendrá. Que el futuro los juzgue.
6-
La
segunda mitad sí se acercó a lo que Argentina puede llegar a ser cuando tienen
dominada la zona media, y todo parte de la libertad que tuvo Messi. Libertad
inducida por Gago, quien obligó a Spahic y compañía a quitarle los ojos a Leo,
y darle prioridad a la recuperación de mediocampo. El repliegue de Rojo sigue
siendo angustiante, y ahí Mascherano será primordial cuando se enfrenten a
selecciones con extremos incisivos. Zabaleta, aunque fue correcto, sigue
dependiendo de un relevista constante para explotar sus capacidades ofensivas.
…y 7- La mejor noticia para Argentina
fue el gol de Messi. Es más, yendo más allá, la mejor noticia para Sabella y
compañía fue la sonrisa con la que salió Lionel en la entrevista pospartido. Las herramientas están, y la
guerra está al frente. Hoy fueron una moneda. Tragicomedia en la primera parte,
esfuerzo y talento en la segunda. Lionel Messi tiene la llave que dictaminará
el futuro de la albiceleste: ¿Espejismo ilusorio o inicio del camino hacia la
gloria?
Geoff
I. Hernández.
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