1-“No siempre ganará el mejor, sino el más
convencido”, esas fueron las palabras de Simeone pos-cuartos de finales contra
el Barcelona. Por poco lo pierde todo en Madrid hace ocho días. Tomó el recado
del dictador en el Calderón y leyó de manera magistral la radiografía de lo que
pasaría en Stamford Bridge. El teatro de lo posible. Y lo logró. Él y sus once
bestias derrocaron al tirano.
2-
Es la alineación
que todos conocemos y podemos tararear de memoria sin equivocarnos: Courtois;
Juanfran, Godín, Miranda, Filipe; Tiago (La única excepción), Suárez; Koke,
Arda, Adrián; Costa. El mismo once que Gregorio Manzano utilizó hace unos años
atrás en ese oscuro proyecto que casi le cuesta la categoría al Atlético, el 24
de Mayo enfrentará al Gigante Real Madrid por el honor de alcanzar un sitio en
la historia. En solo setecientos y tantos días, pasaron de caer frente al
Albacete en el Calderón, a vapulear, sin piedad, sin misericordia y con un
concierto de cojones al gigante Chelsea, a los hijos del dictador.
3-
Lo mejor
del Chelsea fue William. El único que leyó el manual antes de salir al campo.
Ivanovic y Azpilicueta eran agua y aceite, la torpeza por la derecha era
aprovechada por Filipe Luis, quien se trajeó de bala y firmó un partido
memorable. Acurrucando al Chelsea, eclipsando a Azpilicueta y otorgándole la
libertad que tanto necesitaba Koke para desahogarse por ese lado.
4-
Dije lo terrible que fue para el plan de Simeone tener en la reserva a Tiago en Madrid. Su presencia sería la llave que abriría la debacle del tirano. Lógico. Lo
conoce. Sus andanzas libres y llenas de inteligencia le permitía a Diego Costa
no frustrarse, aunque jugó de nuevo de espalda al arco. Disparó, cortó, e
inició la jugada que hoy tiene al cholismo al borde de la gloria. En mi equipo,
Tiago jamás estaría en el banquillo, pero yo no soy el Cholo.
5-
Ambos
atacaban a partir de la defensa, la intensidad y el orden de los bloques. Quedó
desnudada la esencia más pura del cholismo y del mourinhismo. Treinta minutos
de ensueño. El honor era la divisa de la guerra que había en el campo, hasta
que llegó el gol del Niño. A partir de ese punto, todo irá a peor para el
Chelsea, en caída libre, errores que el dictador no esperaba, y que terminaron
desmembrando al equipo en cuerpo y espíritu. Empató Adrián y se acabó la
eliminatoria. El dictador veía el fracaso en su plan, idea y ejecución.
6-
La historia
es el termómetro que siempre medirá el reino de un tirano. Mourinho, se
equivocó. Cometió la imprudencia de apagar el fuego con Gasolina, y el templo
explotó. Eto’o y sus eternos demonios destruyeron al Chelsea. Un penal
sinsentidista, evitable y sobre todo, inocente, le terminó de afilar el hacha a
su verdugo.
Y 7- Quién da identidad a un hombre, libera una generación. Cholo, se
puede oler la gloria, atrás quedó el tirano y al frente está el último gigante.
Trajeado de blanco, esperando por ustedes: ¿Lo destruirán o bastará con
derrotar la tiranía?
Geoff. I Hernández.
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