domingo, 6 de septiembre de 2015

Para ti Papá..






Ha sido difícil llegar hasta acá y lo sabes. Has transitado al norte, al sur, al este y al oeste, soñando con esa estabilidad para tu familia y con el cumplimiento de esos sueños que cabalgan dentro de ti y que Dios insiste en recordarte a diario. Te has enfrentado a turbulencias de distintas índoles: Ideológicas, espirituales, y económicas. Has visto como personas que juraron amarte y respetarte, te vendieron por menos de lo que tú como amigo le entregaste. Has construido, y has derribado. Has pagado un precio muy duro en tu soledad, enfrentando cara a cara al temor y a las voces que nos gritan en el oído que “estamos solos y que no lo lograremos”. Ninguna de las personas que leerán o escucharán sobre esta carta, tendrán una pizca de idea de lo mucho que sufriste en tus adentros, en ese universo que solo Dios conoce.  Pero aguantaste, y resurgiste como el Ave Fénix, o – Como para hacerlo un poco más poético – La hoja del cerezo. 

 II

En tu oficio hay muy pocos como tú – Y de forma imparcial lo digo. Debe ser un privilegio mayor y una responsabilidad incalculable ser un puente de comunicación entre el Poder Ejecutivo de los cielos y la tierra. Hoy es un buen día para recordarte el nivel de admiración que siento hacia ti. Hacia la facilidad con la que has enfrentando las injusticias y como nunca utilizaste tu don para corromperte. Aunque muchos no te hayan visto con los ojos de la gracia, siempre habrá una nueva tierra dispuesta a reconocer la genética de libertad y de unción genuina que hay dentro de ti. Y como te lo dije en alguna noche fría de Caracas, todo crecerá el día en que creas en ti mismo. 

III

Soy terrible en las demostraciones de amor que esta sociedad enseña. Por eso apelo a las letras – Mi arma preferida - , y a través de ellas, quiero desatascar cualquier fantasma del pasado, cualquier herida oculta que afectase nuestra unión como Padre e Hijo. Porque siempre tienes la palabra que derrumbará a mis enemigos y ese es mi mayor tesoro. Perdóname por mi eterna duda hacia todo, por los temas de conversación que a veces te aburren, quizá hasta por ir enrumbándome a un camino que no llegaste a imaginar. Pero si hay algo que pueda pedirte es que nunca olvides que yo soy un trocito de ti, y de mamá en este Universo, y en mi mochila están guardadas cada palabra, cada dirección y cada fundamento que echaron en mí. Tengo archivada cada profecía, y para que sonrías al momento de oír este escrito, se han ido cumpliendo poco a poco. Y por eso descanso, porque no hay un motivo de alegría más grande para un hombre que vivir a través de la protección de los profetas. Y es que el profeta es el único ente autorizado en arrancar del cielo las llaves de la prosperidad, de la protección y del conocimiento del futuro. Y yo, con el orgullo de un hijo profesional, digo que mi futuro está asegurado en Dios a través de ti.

IV

…y me despido – Porque los trámites burocráticos de los bancos me llaman -  no sin antes recordarte que te amo y que la razón principal de esta carta es marcar un antes y un después en la vida de Austerling Gioffrey Hernández. Dios estaba esperando el momento en que creyeses que era posible poseer la tierra. Ese tiempo llegó y como dice el gran King: “No hay un camino más honesto que aquel que estuvo lleno de piedras y de huecos, porque cuando sufrimos, es cuando más conocemos de nosotros mismos, y conocernos a nosotros mismos nos empujará siempre a cumplir nuestro llamado”. 

Tu hijo, el escritor. 

G.H 

“Tienes la palabra que derrumbará a mis enemigos.”