domingo, 29 de junio de 2014

Alas de fuego...

   1-  ...y es por ti Keylor, que titulo así la crónica. Por tu prestancia, por tu sentido de ubicación, por la evolución que has tenido desde hace dos años y porque eres el único General de todo este ejército costarricense que vive el momento más dulce de su historia. No solo fue el penal – Que detuviste a mano cambiada, por cierto, abusador - fue la parada a Mitroglou, a Katsouranis, a Karagounis, a Sócrates, a Platón, y a Pitágoras. Tienes a tu lado, al ángel que alguna vez estuvo con Casillas. Ese ángel que llena tus alas de fuego.

2-  La interrogante no era clasificar o no, era saber cómo respondería Costa Rica ante este nuevo guión que debía ejercer. El de proponer. El de elaborar, y el de imponer condiciones desde el principio, y no respondieron de forma correcta. Cayeron en la telaraña de Grecia. Borges y Ruiz fueron los más lúcidos en la primera parte, sus constantes vaivenes, liberaban a un Tejeda que se vio perdido, y que prefería retrasarse antes que estorbar en la elaboración. Gamboa y Díaz no tuvieron mucho trabajo a sus espaldas, por eso galopaban sin limitaciones por sus bandas, pero el problema estuvo en que nunca fueron una opción clara de peligro, sino, el escape para evitar la frustración creativa por el medio del campo. Flojo primer tiempo tico.

3-  Grecia desde que decidió renunciar a sus primas económicas, demostró que son todo corazón. Y allí radicó su desgracia. Apostaron a lo ríspido, al corte constante de la rítmica de juego y sobre todo a frustrar a Costa Rica y a aprovechar las habilidades de un divino Samaras. De resto, no pudieron nunca ocultar el festival de carencias que los caracteriza. Avanzar a octavos, de por sí, ya era una alegría para un país que sufre el gen verdugo del FMI. La oportunidad de avanzar a cuartos, era un regalo, sin presión y con muchas ganas. Pero nunca esperaron tener la responsabilidad de ir por el partido. Y cuando debes ejercer un rol al que no estás acostumbrado, tus falencias se multiplican y el estrés alcanza el cielo.

4-  El gol de Bryan Ruiz rompe todo el juego. Grecia creía que bastaba con jugar al choque, pero Bryan cambió todo. El gol aturdió a los helénicos y los comprimió hacia su zona defensiva. Fue entre el minuto 49 y 60 que Costa Rica desplegó todo lo que había mostrado en fase de grupos. Asociaciones, triángulos en varios sectores, responsabilidad en los relevos defensivos y un Campbell omnipresente, que sufrió de espalda al arco en todo el primer tiempo, pero que evolucionó y se cansó de ganarle la posición a Manolas y Sokratis, y de regalarnos un concierto de esfuerzo y amor propio que enamora y obliga a situar las convicciones por encima del mismo talento. Un nueve que no es nueve en un equipo pequeño, que no es pequeño.

5-  Después de la aparición del impresentable Benjamin Williams – Obviando una mano en el área a favor de Costa Rica – Fernando Santos dio un golpe al tablero y realizó el movimiento más influyente en Grecia en todo el partido. La inserción de Katsouranis le otorgó el fútbol que más necesitaban. Sobre todo luego de la expulsión del imprudente Duarte. A partir de allí, todo se convirtió en pánico, tanto para Costa Rica como Grecia, que veían a la magia del fútbol invertirle los roles. Pinto responde, y sorprende utilizando un sistema que en su mandato es difícil de imaginar, doble línea de cuatro, cerraditos y Campbell en el medio de la guerra. Allí Katsouranis hizo un partido memorable. Se cansó de cubrirle las subidas a Karagounis, y de ampliar la cancha tanto a la izquierda, hacia el magnífico Cholevas, como a la derecha, donde lo intentaba Torosidis.

6- En un intercambio de golpes se convirtió el partido cuando empató dramáticamente Sokratis. Katsouranis lideraba a una Grecia que arrinconó con más intención que fútbol a una Costa Rica que se le dificultaba transformar en centrales a sus stoppers. Sufrir es un verbo que se ha hecho cotidiano en este Mundial, y en eso Pinto tiene un historial de aprendizaje. En el fútbol fueron superados por Grecia luego del minuto 60, pero en la cabeza, el lugar donde nacen los triunfos, jamás cedieron ni un centímetro. Y con Keylor, evitando la desgracia en más de una ocasión, Costa Rica logró frustrar y secar las intenciones rebeldes de Grecia. Y llegaron los penales.

…y 7- Los héroes silenciosos. Las historias impensadas. Los retos imposibles, y las gestas inolvidables parten de un mismo denominador común. La confianza. Allí yacen las bases de esta Costa Rica, que dictó cátedra de patear penales, de sufrir, de aguantar y de seguir sepultando a la historia. Y mucha de la culpa es tuya, Keylor Navas. Y por supuesto, de tus alas de fuego.

Geoff I. Hernández

sábado, 28 de junio de 2014

Los guerreros también lloran...

     1- La vida te da y te quita. Te abraza y te da la espalda. Te humilla y te exalta. La vida a veces se resume en muchas cosas, y una de esas es el fútbol. Hoy recibimos un regalo. Una historia que le contaremos a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nosotros mismos. Una batalla entre dos naciones. Veintiocho gladiadores que se desprendieron de sus ayeres y que sobrepasaron lo natural, lo humano y lo físico para alcanzar el triunfo. El ejército todopoderoso brasileño contra Sampaoli y su clan de la fe. No siempre el ganador será el vencedor, y no siempre el derrotado será el vencido. Hoy Chile demostró que solo el azar puede romper las cimientes futbolísticas de un equipo convencido. Gracias Bielsa. Gracias Sampaoli.

2-    El inicio fue un vendaval amarillo y verde. La inserción de Fernandinho sería el único acierto de Scolari en todo el encuentro. De resto, increíble la ausencia de peso en las tomas de decisiones dentro del Cuerpo Técnico de Brasil. Fernandinho liberó a un Luiz Gustavo que iba y venía, protegía a Dani Alves y relevaba a David Luiz. Neymar era un galgo sediento de sangre. Por dentro, por fuera, por el centro. Participaba en la elaboración y finalizaba. Solo le faltó el tino de otras tardes. Treinta minutos redondos y profundos para Brasil que disfrutaba del arranque de nervios que sufrió Marcelo Díaz y el clan de la fe. Hasta aquel terrible saque de banda. Entre Marcelo y Hulkie, despertaron a una bestia que no descansaría hasta el golpeo en el palo de Jara en los penales. Gol de Alexis y resurrección del plan de Sampaoli. Brasil terminó el primer capítulo de esta novela, dependiendo del Gran Julio César, y sin rastros de fútbol.

3-    En lo táctico fue soberbio el triunfo de Sampaoli. La inclusión de Felipe Gutiérrez por un Eduardo Vargas comido por Luiz Gustavo y asfixiado por Fernandinho, rompió el partido. El peor error de Chile fue no atreverse a perder el equilibrio cuando dominaba a placer y utilizaba todos los sectores de la cancha para circular la pelota. Alexis y sus personajes mostraron su rostro más fino. El asistidor. El finalizador. El recuperador. Después del peor primer tiempo en su carrera, Díaz mejoró, y esto potenció las escapadas de un Arturo Vidal mal físicamente, pero perfecto en amor propio y responsabilidad. Isla se encargó de ayudar al Man of the Match chileno, el sujeto al que profundizaremos en el próximo párrafo. Gary Medel. Después del setenta, los jugones se soltaron. Triángulos. Permutas. Asociaciones de zona dos y tres. La amplitud y el repliegue bastaron para frenar a la peor versión de Brasil desde Croacia. Pero no bastó el festín de fundamentos, sin profundidad en el área no hay peligro. Por eso Thiago Silva y David Luiz son los héroes silenciosos.

4-    Gary Medel sufrió un desgarro en una de sus piernas. Ayer no pudo completar el entreno, y se le unió al Rey herido, y a Alexis. Pero cuando el corazón envía señales y el esfuerzo se adhiere a la sangre, es inevitable ir hasta el final. Jugó. Y cuando me refiero a jugar, especifico la lucidez en la ubicación. Lento en la primera parte, y mucho de esto tuvo culpa Marcelo Díaz al no apoyarlos cuando se desprendían los carrileros. A partir del segundo tiempo, cuando Chile secuestró a Belo Horizonte, Medel cortó todo lo que se acercaba a su zona. Por arriba, se dio festín frente al impresentable Jo. Y salió cuando no pudo más. Cuando el músculo le imploró parar. Allí cayó desprendido, el alma de un guerrero y las lágrimas de un triunfador.

5-    Willian es una versión correctora de Paulinho. Responsable, con fútbol, y aunque erró el penal en la tanda, sacó del embudo de la desesperación a Brasil en el peor momento del partido y le otorgó los recursos para que el desaparecido Neymar, tomara las riendas del ataque brasileño y le bombardearan el arco a Claudio Bravo y al ángel que tiene al lado.

6-    Julio César, el emperador de esta generación presionada. Claudio Bravo, el eterno capitán chileno. El alfa de una batalla imborrable. Las lágrimas del golero brasileño, que se interpretaron incorrectamente. No era presión. Eran muestras de agradecimiento a la vida por darle el escenario para resarcirse de aquella fatídica noche en Sudáfrica frente a Holanda y vaya que lo hizo. Te da y te quita. Te alaba y te humilla. La vida como el fútbol. Y Claudio se fue triste, pero con la satisfacción de saber que es un héroe de este clan de la fe.

7-    La crueldad de los penales. La ironía del azar. Los latidos que aromatizaban un ambiente que por momentos olía a desgracia. El travesaño brasileño. Ese disparo de Pinilla que pudo ser y no fue. Esos penales que no entraron. Todo se dio, para que el clan de la fe no clasificara. De una u otra manera, Chile se irá, pero volverá. Porque su fútbol es exquisito. Porque secuestraron a Belo Horizonte. Porque arrinconaron a la pentacampeona, y porque ya no son kamikazes, sino, un puñado de hombres creyentes de una idea y abarrotados de fe.

…y 8- Brasil sigue, como sigue el Mundial, como sigue la vida, y como sigue la historia, pero este destello vivido en Belo Horizonte, jamás podremos olvidarlo. El fútbol y la vida se unieron, y hoy agradecemos por eso.

PD: Hoy, públicamente, pido que me disculpes Howard, dudé de ti, como lo hizo el Mundo entero. Brillante presentación. Gracias por no manchar más, la ya manchada imagen de este Mundial.


Geoff I. Hernández

miércoles, 25 de junio de 2014

Con Messi todo es posible...

    1-  El partido dejó dos noticias. Una buena y una mala. La buena es que fue la mejor presentación hasta ahora de la Argentina en el Mundial y Messi huele a sangre. La mala es que será inminente la utilización de la línea de cinco contra rivales de jerarquía. Ni Rojo. Ni Fede. Ni Garay. Ni Zabaleta tienen la capacidad para cubrir espacios y referenciar al mismo tiempo. Hoy cedieron tantos espacios y hubo tantos errores en el achique que solo la omnipresencia de Mascherano evitó daños peores. Quizá no en octavos, pero con seguridad, a partir de cuartos se regresará al formato que tanta bulla hizo en el debut. El escalofriante 3-5-2.

2-    Con Messi todo es posible. Es el lema. El estandarte que elevará el equipo de aquí al final de su participación. El 10 tiene unas ganas inmensas de comerse el Mundo. Es tanta la responsabilidad que al salir en el minuto 62 ni se inmutó. Se tomó unos segundos para aplaudir a los extasiados hinchas argentinos que solo se rendían ante su don. Salió del campo y le estrechó la mano a Sabella. Y también se acabaría el fútbol de la Argentina. Es que sin Messi esto no tendría sentido. La Messidependencia es colectiva. Paradoja pura. Todos juegan para él y él juega para todos. Son equipo. Terribles en defensa. Poderosos en ataque. El vaivén del partido sacó lo mejor y lo peor de ellos. Y mantengo firme mi posición: Mientras más complicado sea el rival, mejores serán. Hoy evolucionaron.

3-    Nigeria mostró lo incómodo de su fútbol. El desorden al replegarse le costó caro, pero las violentas transiciones cuando recuperaban la pelota en mediacancha les complicó la tarde a la inocente Argentina defensiva. Ahmed Musa, el crack que nunca explotará, hoy quiso pulsearlo a Messi. Dos goles de calidad. Incontables desmarques de ruptura que culminaron en peligro y una consciente lucha con Zabaleta que ganó sin dudas. A partir de Obi Mikel nace todo. Los aciertos y los errores de esta Nigeria. Sin la ilusión de selecciones anteriores, pero con el talento necesario para pelear, el problema es que ahora van contra Benzema y su banda.

4-    Gago volvió a los vicios de Boca. Dirigir e intentar crear pero olvidarse del espacio y optar siempre por la anticipación. Y es que si no fuese por el Gran Masche, la espalda de Gago fuera el puñal de las críticas. No está bien Fernando. No genera. Sigue ralentizando la circulación del balón, y eso que hoy mejoró notablemente en ese aspecto el equipo. La pide, pero le cuesta asociarse. No pisa el área y sus errados achiques terminaban en ocasiones de gol de Nigeria. No sé que tanto tocará el esquema Sabella contra Suiza, pero si la necesidad es de alguien con toque corto efectivo y con destrucción, Gago debería iniciar en el banco. Biglia puede ser el antídoto.

5-    La concentración de Mascherano conmueve. El sentido de ubicación está en un nivel superlativo para el dueño del círculo central. Todas las jugadas pasan por sus pies. Es el termómetro. La grúa de una selección que tiene los peores monstruos detrás de su espalda. Por eso hoy el man of the match fue él. Sigue protegiendo los desastres en anticipación de Gago y Di María, y oxigena sin errar a las bandas. Él y Messi hablaron. Tomaron una decisión, y esa fue la concentración máxima. De Mascherano saldrá todo. Sabella tendrá que adherirle a su lado calidad, solidaridad y esfuerzo.

6-    Kun salió del partido con molestias. Quizá no vaya más, y no porque sea grave la lesión, sino por lo enchufado y la correcta participación de Lavezzi. Agüero estorba, lo intenta, quiere buscar un punto de partida, pero por el centro parte el 10, y eso no lo toca nadie. Lavezzi aunque jugó poco al lado de Messi, entendió su responsabilidad al mover las marcas y al crear los espacios. El cambio de ritmo demuestra las óptimas condiciones físicas en la que está ‘El Pocho’, y si no ocurre nada extraño, debería ser titular en octavos.


…y 7- El tiempo es ahora. El Mundial acaba de arrancar. Los márgenes de errores quedaron en el ayer, y a partir de hoy nace la ilusión de llegar a Río de Janeiro, y esto solo será posible si Messi y su clan de la fe, siguen en sintonía. La voz de Sabella retumba en el corazón de todo el pueblo argentino: Con Messi todo es posible. 

Geoff I. Hernández

martes, 24 de junio de 2014

Indomables...

   1- La dignidad suele en ocasiones superar la consciencia, y esto para un atleta de alto rendimiento es peligroso. Cuando el estrés y el ácido láctico se fusionan y no tienes completo dominio de la consciencia, puedes caer en el círculo vicioso de la violencia. Lo de Luis Suárez es digno de estudio. Aterra la forma como se le cruzan los cables cuando las pulsaciones llegan a doscientos. Otra vez los fantasmas del pasado, lo atormentan cuando más concentración requiere Uruguay. Hoy el despistado Rodríguez – Juez principal – ni el pobre tridente que lo secunda se dieron cuenta de la estupidez hecha por Suárez, o quizá sí, y callaron. De una u otra manera, la injusticia más grande fue perdonarlo.

2-    Prandelli y su clan siciliano no merecían pasar a octavos. El fútbol con el que sobrevivían, nacía de los pies del ‘Poeta de las noches nubladas’, Andrea Pirlo y nada más, y eso lo conocía a plenitud Tabárez. Cuando le carcomes los tobillos al ‘21’, y le secuestras los posibles receptores, no hay fútbol en Italia. Verrati lo intentó, gambeteó, encaró y en un par de ocasiones pisó el área, pero sin asociaciones ni desmarque de rupturas sólidos de tus laterales, es complicado profundizar desde el círculo central. De Sciglio y Darmian lo intentaron, pero es necesario mucho más que intentar cuando Pereira y la mejor versión de Martín Cáceres te cubren los costados.

3-    Contra Inglaterra fueron Arévalo y Suárez. Hoy Cáceres y la pareja perfecta (Godín-Jiménez) fueron el alma de Uruguay, que no ha cambiado nada desde hace seis años. El esfuerzo y la solidaridad son la materia prima de esta empresa que produce hazañas, tras hazañas sin sorprender ni vivir en la fantasía. Es una cuestión de fe. Obligar al rival a jugar de la forma que deseas, es un logro no aparecido en ninguna estadística. A eso apela Tabárez. Al potrero. A lo ríspido. A situar al enemigo lo más lejos de las provisiones posible. Álvaro González permutaba como rayo a cada rato con el Gran Cáceres. Se cansaron de frenarlo a Marchisio y de incomodar al solitario Mario Balotelli, que todo el primer tiempo lo jugó de espalda al arco y sin esperanzas, que es lo peor.

4-    La expulsión injusta de Marchisio por parte del mexicano Rodríguez condiciona. Es verdad. Pero de allí, a creer que la derrota de Italia fue producto a eso, jamás. Claudio, aparte de tener alusiones en el primer juego, y anotar contra Inglaterra, no hizo nada más en el Mundial. Inmobile, el ‘Dibujante’, ni siquiera tuvo una clara, y no es su culpa, simplemente, la agonía al momento de elaborar por Italia los obligaba a retrasarse e intentar encarar desde una zona que no es para delanteros, y si a eso le adhieres la perfección de Jiménez y Godín el final era predecible.

5-    El Faraón. El líder de la generación más hermosa que ha tenido Uruguay en el fútbol moderno. El mismo que sepultó al Barcelona y estremeció al Madrid, hoy fue el verdugo de  otro gigante. Es como si estuviese escogido para los momentos de gloria. Ubicación. Coraje, dinamismo y fuerza. Eso es Diego Godín.

6-    …y recordar que fueron campeones del mundo en el 2006. Hoy, ocho años después, dos campeonatos han pasado donde Italia, dueña de un fútbol tristísimo y espeso, se aleja del trofeo en la primera ronda. Hay talento, y es lo que más entristece, lo que no termina de aparecer es el esfuerzo, la convicción y la responsabilidad. Y es simple. Estos tres ingredientes que requiere la gloria, solo es impulsado por un líder lleno de ideas y fundamentos. Prandelli es todo lo contrario.

…y 7- El cielo es el límite cuando el esfuerzo está por delante. A diferencia de España, Uruguay es una familia. Una conjunción de esfuerzos y de identidad que sobrepasa cualquier estándar de entendimiento. Besaron el infierno y renacieron, y eso solo lo hacen los grandes. Gracias por tanto, guerreros indomables.


Geoff I. Hernández. 

domingo, 22 de junio de 2014

Seducidos por la ilusión


    1- Una cosa es participar y otra muy distinta es competir. Para competir debes evaluarte, adaptarte y ajustarte a una idea que conlleva la responsabilidad de cumplir unos objetivos impulsados por la Ilusión. En el fútbol la competitividad lo es todo, incluso por encima del talento individual. Las individualidades son un recurso válido cuando se intentan conseguir los caminos para el funcionamiento colectivo, de resto, solo es arrogancia, energía desgastada y juegos de azar. Estados Unidos compite. Portugal no. Uno se ilusiona con los resultados de un guión bien estructurado y otro de rodillas mendiga un destello del genio y así sobrevivir. El resultado no refleja la esencia del juego. Al final el resultado solo es la culminación de centenares de circunstancias que ocurren en noventa minutos.

2-    Portugal quiso, pero no pudo. Tan sencillo como eso. El espectáculo fue el más favorecido producto a la intención constante de Portugal y la ubicación correcta de Estados Unidos. Ese error pasmoso del ‘tocayo’ Geoff Cameron, le permitió sonreír a Bento por un instante. A partir del gol todo fue a peor para los lusitanos. Klinsmann vive por su manual, le adhiere pero no le quita. Su juego nace a partir del dominio en mediocampo, y en esa faceta el rastafari Kyle Beckerman fue el mejor exponente. Achicaba y ampliaba el equipo cuando quería. Le ensuciaba los espacios a un Moutinho enchufadito pero carente de asociantes. Bradley, aunque no realizó su partido más correcto, pudo tomar responsabilidades ofensivas porque detrás de él, Beckerman era una muralla infranqueable.

3-    La diferencia entre Ronaldo y Messi es que Leo tiene un equipo y Cristiano no. La prensa mundial malgastó centenares de letras, tinta y hojas enfocándose en la ‘lesión fantasma’ de CR7, pero la mayor angustia para él no vivía en su cuerpo, estaba en levantar la cabeza y sentirse solo. Jamás logró controlar sus emociones, nunca entendió lo que significa Portugal, quiso leer la partitura al mismo ritmo que lo hace en Madrid y esto lo aprovecharon Johnson y Jones para cerrarlo siempre. Está sentenciado al fracaso. Su alrededor está lleno de pésimos jugadores que se afanan en hacerlo peor.  

4-    Dempsey es la bandera de un proyecto que tiene sus bases en el orden, la solidaridad y la ilusión. Tiene el tabique fracturado. No se operará hasta que termine la Copa del Mundo. Sabe transmitir con su sentido de ubicación la idea de Klinsmann. Llegar es mejor que estar y el segundo gol no fue casualidad. Fue un festival de orientación y de olfato goleador que magnificó los desdobles incesantes de un lúcido Fabian Johnson.

5-    Cuando el partido aún era posible para Portugal y vivía el momento de las decisiones técnicas, Pablo Bento lo hizo todo mal. Seré severo. Bento con sus sustituciones se encargó de robarle el poquito de corazón que de por sí ya tenía el gélido Portugal. Sacarlo a Andre Almeida, cuyas proyecciones ofensivas fueron el recurso más utilizado por los lusitanos, solo hubiese tenido sentido si el esquema en la zona dos no se tocaba. Allí estuvo el error. William Carvalho es un correctísimo jugador, pero estático. En las transiciones se queda y atrofia el contragolpe. Meireles estuvo mucho más activo y se arrimaba a la izquierda para mejorarlo a Cristiano.  Cuando sustituyó a  Meireles se acabó el fútbol y se hace un pantano la creación. La torpeza de Veloso por la izquierda solo fue superada por la terrorífica noche de Eder. De lejos, el peor de la cancha y de la grada y de todo.

6-    El cuerpo técnico americano tiene la obligación de trabajar en los detalles. Los fundamentos básicos los ejecutan a la perfección, pero los descuidos psicológicos casi le cuestan el partido. Cameron, Howard y Zuzi. Tres elementos importantes que hoy por instantes se estancaron. Más que en la pizarra, es una cuestión mental. Si encierran esos fantasmas, la hazaña del 2002 podría ser superada. Tienen material y en el banco a un superdotado que por obligación y amor al arte, debe ver minutos contra Alemania. Mr. Chris Wondolowski.

…y 7- La síntesis de Portugal estuvo en el gol de Varela. Sin celebración. Sin reacción. Sin alma y con una amargura que transmite el descenso de un país que tocó el cielo futbolístico con el subcampeonato de Europa en 2004. Ni Ronaldo. Ni Nani. Ni nadie. Las individualidades nunca podrán sustituir el poderoso significado de una idea. Estados Unidos vive por una idea y está completamente decidido a dejarse seducir por la ilusión.


Geoff I. Hernández

sábado, 21 de junio de 2014

Cuando el fútbol lo es todo...


  1- El partido fue un monumento al fútbol. Un orgasmo extendido por noventa minutos. Un irrespeto mutuo que llevó al máximo la necesidad de conseguir el triunfo. Cada sprint se realizaba como si el mundial fuese a terminar, y en parte era cierto, Ghana estaba al borde la cornisa luego de la extraña derrota contra Estados Unidos, y solo una actitud mejorada y la utilización correcta de los recursos le podía asegurar la permanencia en el torneo. Atsu, Gyan y Andre Ayuw, lideraron la emboscada contra ‘Los Hermanos del norte’. Su inocencia y la errada toma de decisiones al momento de finalizar las transiciones defensa-ataque, les quitó la oportunidad de sumar tres puntos.

2-    El mismo que hizo del debut alemán una adicción a la perfección, convirtió esta segunda presentación en una guerra casi perdida en la media-cancha. Sami Khedira. Low erró al ubicarlo y quitarle la libertad con la que funcionó en el primer partido. Lo encapsuló y el ritmo de juego terminó de engullirlo en zona de destrucción, y si a eso le añades la versión más gris de Phillip Lahm en mucho tiempo, que no creaba, no defendía, ni era factor de corrección – Da muy poco a esta Alemania - se podía anticipar que ‘Los hermanos del norte’ la pasarían mal contra los africanos velocistas. Kroos se convirtió en la fuente que regaba la necesitada zona del tridente ofensivo. Ozil no fue Ozil y Muller esto lo sintió. Las permutas que liquidaron a Ronaldo y su crew, no surtieron efecto y esto en parte por la necedad de Mensah, Rabiu y Boye quienes cortaron cualquier asociación peligrosa a tres cuartos de cancha para Alemania.

3-    Ghana entendió que este partido en la pizarra táctica no se ganaba, el primer triunfo sería empujar a Alemania al sector físico y frenético del ida y vuelta, y lo logró. Gyan y su energía conmueve a cualquiera. Sulley Muntari, y sus indomables demonios internos, le dieron la jerarquía que por instantes hizo ver a Ghana mucho mejor en funcionamiento colectivo que ‘Los hermanos del norte’.

4-    Hoy Alemania dejó de ser el primer favorito para ganar el Mundial. La perfección que intentaron tejer en el debut no tuvo tanto peso como la reacción jamás imaginada por Low cuando sentía que el fantasma de la derrota le respiraba en la oreja. De por sí, tener a Lahm como pivot en una extrañísima intención de juego de posición era el peor de los errores, la inclusión de Klose como revulsivo final desnudó la verdadera esencia del cuerpo técnico de ‘Los hermanos del norte’, apelar al pasado cuando la evolución táctica falle. Los falsos laterales terminaron siendo una cargar negativa al momento de construir desde atrás. Mustafi el peor de todos.

5-    Los espectáculos de esta naturaleza casi siempre vienen producto a errores tácticos y aciertos técnicos. La inclusión de Schweinsteiger le salvó el pellejo a la terrible lectura que había tenido Low del juego. Lo metió en la posición que usó con Khedira contra Portugal. De libre. Y todo cambió. Bastian que no nació para ser suplente, dio más fútbol en quince minutos que todo lo que le dio al Bayern en los últimos dos meses. Increíble. Lo salvó a Lahm, quien quedaba en la línea de fuego ghanés en los contragolpes. Limpió las jugadas y armó la amplitud para que Gotze y al final Klose terminaran siendo los beneficiados. Lo lógico sería que Lahm regresara a la banda y Schewi se adueñara del pivot en zona media.

6-    Portugal será el último escalafón que deberá superar Ghana para poder estar en la fiesta de los ‘16’, y la única opción clara que tiene, es hacer una copia al carbón de este partido. Ni más. Ni menos. Entre las falencias y las descomposiciones tácticas, el talento y el coraje deben dar la cara. La familia lo es todo. Andre y Jordan lo demostraron. Que el vicio de la inconstancia no eclipse esta presentación tan digna.

…y 7- El reto más grande para ‘Los hermanos del norte’ en este Mundial ni siquiera es ganarlo, es conseguir la verdadera identidad que se tatuarán por los siguientes diez años. Hoy transitaron entre el deseo de evolución y los temores del pasado.


Geoff I. Hernández

Alfa y Omega

    1- Romero y Messi. Los rescatadores ante la desgracia. Sus talentos bastaron para maquillar una imagen de la Argentina que sigue siendo abstracta para algunos, e inconcebibles para otros. Sin ser más que Iran, salieron vivos de esa telaraña perfectamente orquestada por Queiroz y comandada por el gigantesco Andranik Timotian. Ni Sabella ni nadie puede aplaudir lo que en 180 minutos se ha visto, pero las perspectivas generalizadas siguen siendo crueles y desordenadas. Argentina es equipo. Lo demostró. Sufrió en compacto. Intentó crear en cohesión y nunca bajó los brazos. Hay una realidad que se demostrará con el pasar de los juegos, y es que mientras más duro sea el rival, mejor responderán.  Hasta ahora no hay fútbol solo desbordes de ilusión liderada por Messi, y es que Messi está y esa es la diferencia entre lo que es y lo que puede llegar a ser.

2-    Después de Costa Rica, Iran es el conjunto que mejor profundiza en sus virtudes y capacidades. Fueron un paredón rojizo intachable e imperturbable. Nekounam y Timotian se encargaron de ralentizar todo el juego de Gago, logrando separarlo de Messi y alejarlo de Mascherano. Sadegui Amirhossein, revoleó casi cuatrocientos sesenta y seil mil pelotas por arriba – Parte del plan de Queiroz – y llenó de confianza a un Haghighi supersónico y lleno de seguridad, y es que la infertilidad constante en la zona medular de Argentina obligaba a Masche y a Gago a buscar oxígeno por las bandas, y esa era la peor desgracia para Argentina, Zabaleta y Rojo no tuvieron ni la intención de tirar un centro bien. El desdoblaje fue tan seguido como la incapacidad de crear peligro.

3-    Sabella erró de nuevo. Ante la tempestad volvió a guardar silencio, y esto es peligroso para el mañana más que para el hoy. No entendía lo que ocurría en cancha, volteaba y buscaba una explicación ante la cuasi perfectas temporizaciones de Dejagah y Reza. Su planteo secó al equipo. Ubicó al Kun por la izquierda, y a Higuain por el centro. No se entendieron ni una sola vez. El experimento exigido de Messi sigue sin producir efectos, y es que lo veo de esta manera: Hoy Gago le robó los espacios que Leo necesitaba, y Gonzalo Higuain lo alejó del camino más fácil que tiene esta Argentina para romper un esquema retrasado, las permutas y paredes con el Kun.

4-    Es la resurrección de Queiroz, esta Iran. Es la atmósfera perfecta para jugar sus ideas y el Mundial indicado. Los iraníes se creyeron que a partir de sus capacidades defensivas podían hacerle daño a una desorientada Argentina, y de no ser por los rasgos invencibles que Romero mostró hoy, la tragedia albiceleste hubiese tomado forma y color. El fútbol te da y te quita, y hoy le está devolviendo a Queiroz lo que él mismo se quitó en su terquedad esquemática cuando manejaba a Portugal o al Real Madrid. La humildad, esa cualidad que hace gigante hasta el jugador menos hábil, está estirando este sueño iraní. Llegarán ante Bosnia con oportunidades de sorprender. Si Reza Gochannejad, reza un poquitito más antes de iniciar el próximo partido, y afina la puntería, Andranik, Nekounam y Dejagah podrían confirmar un Mundial histórico.

5-    Di María sin Modric es como un verano nublado. Por más que Gago lo intente, jamás podrá ser como Luka. La responsabilidad que tiene el cuerpo técnico de Argentina es situar a Gago en una posición donde no interfiera ante la libertad que Di María necesita. Su final astronómico de temporada en el Madrid fue culpa de la terquedad de Ancelotti de acrecentar su juego a partir de Luka. De Sabella será la culpa si no logra potenciar la mediacancha para ampliarle los caminos y fortalecer los repliegues de Angelito. Aún no está, pero quiere llegar. Di María es imprescindible para la mejora de esta abstracta selección.

6-    Cuando todos te digan que no puedes, allí es donde deberás crecer. Eso lo entendió Romero y ha firmado dos espectaculares presentaciones que lo afirman como titular indiscutible. Es lo mejor que ha hecho Sabella en esta primera fase. Evolucionar a través de la confianza y fe, las cualidad de Romero bajo los tres palos. Está invicto – Aunque recibió un gol que bastante culpa tuvo -, le sacó dos a Reza que evitaron la desgracia, seguro por arriba, y solvente por abajo. Trabajando en silencio, y con constancia.

...y -7 Quién exija a esta Argentina un festival de fútbol y de goles quedará muy defraudado. Sabella y Messi no tienen eso en mente. Es una cuestión de fe, de encontrar en cada partido las formas y los recursos para ganar y luego que la crítica haga su trabajo. Son más los aspectos negativos, que positivos los que resaltan en esta Argentina en la primera ronda, pero hay algo que me asegura que despertarán y que sabrán ir creciendo junto al torneo. Ya están en octavos, y apenas es que empieza el Mundial para ellos, y esto también significa, el acercamiento de los fantasmas del pasado. Nigeria será el último partido de preparación antes de la verdadera Batalla. O evolucionan o morirán. Messi está, y allí reposa la fe de Sabella y de todos.


Geoff I. Hernández

jueves, 19 de junio de 2014

Nacidos para la batalla

  1- Minuto 66, Álvaro Pereira disputa un balón con Raheem Sterling a tres cuartos de cancha por la izquierda, y el wing inglés sin intención golpea de forma fortísima el rostro de ‘El palito’ con la rodilla, y este queda noqueado en la alfombra de césped de Sao Paulo. Literalmente al borde de la inconsciencia. El estadio queda en silencio. Las cámaras multi-zonales magnifican el escalofriante momento. Se escucha una exhalación colectiva de satisfacción. Pereira está bien. Mareado, aturdido y probablemente con alguna complicación visual. El médico de Uruguay ingresa y luego de revisarlo, decide que debe salir del juego, y a partir de allí, el Mundo observaría una vez más la genética de guerra de Uruguay. Esa necesidad de ir una milla más. Un gol más. Un sprint más. Ese instinto sobrenatural que en solo cinco días los saca del hades y los eleva a la gloria. Aún mareado, Pereira gritó al menos seis veces: “No, no voy a salir.” Y no salió. Es que los uruguayos son un regalo. Son la representación de la exigencia máxima de la física y del alma en el fútbol. Sin ellos, es imposible imaginar una Copa del Mundo.

2-     Fue el partido con menos influencia táctica de todo el torneo. Roy Hodgson volvió a demostrar que su manual anacrónico está lejos de representar a Inglaterra. Gerrard, y Rooney fueron las principales víctimas de la ausencia de direcciones técnicas. Intentaron fluir, pero la libertad para ser efectiva debe estar fundamentada en una idea. Eran dos genios jugando a la supervivencia. Qué lástima de verdad. El único que dejó la vida en la cancha por los europeos, fue el mismo que sale en las portadas del mundo viéndole la espalda a Suárez luego de anotar el 2-1. Gary Cahill. Casi rozó la perfección, y es que la mala suerte algún día dejará de perseguir a Inglaterra. Ese pivoteo de cabeza hacia atrás de Gerrard desubicó a Cahill, quién desorientado perdió la marca, y vio como ‘El extraterrestre’ Suárez le fusilaba la vida a Hart. Sin ese manchón, su performance hubiese sido de 20.

3-     Tabárez no merecía un final cruel. Su paz interior. Su lectura divina de las diversas acciones de juego, y ese verbo efectivo en el camerino que tiene a Uruguay en el tope del mundo desde hace seis años, no se lo permitirían. Sacrificó a quién más lejos está de su forma, Don Diego Lugano, y le enseñó al universo uno de los herederos de Lugano y Godín, José Gíménez. Es increíble la forma como potenció a Godín, quien tembló de pavor los noventas minutos contra Costa Rica. A través de la prudencia y de la perfecta ubicación, ayudó a Cáceres en las coberturas por las bandas. Arévalo Ríos, el segundo héroe del día, le abría las manos, lo dirigía, lo colocaba. Y una que otra vez, se metía entre él y Godín para proteger a Uruguay de la pelota parada. Era como ver al padre que enseña a caminar a su hijo. Las críticas después de hoy deberían ceder. Hay luz al final del túnel. No habrá orfandad en la vertebral charrúa luego de los últimos días de la pareja: ‘Godín-Lugano’.

4-     El esquema, las poquitísimas intenciones de fútbol, y los errores constantes de dirección, sepultaron a Inglaterra. Lallana, Lambert y Wilshere debían jugar de inicio. El mediocampo necesitaba permutas. No las hubo. Necesitaba irrespeto. Mucho menos. Henderson fue un obrero, pero nunca un artista. Y de eso carece Inglaterra desde hace años, de arte, porque artistas ha tenido. Y hoy uno de ellos prácticamente dijo adiós. Steven Gerrard. Solo la mano de un gerente, de un potenciador, y de un adicto al triunfo podrá realzar el estandarte del Reino Unido.

5-     “Se burlaron de mi lesión, nunca creyeron que estaría listo para el Mundial. La prensa dijo que le mentía a Uruguay al decir que estaría listo”. Eso dijo ‘El Beatle’ Suárez en el pospartido. Y por eso la vida es hermosa, porque siempre te armará el escenario perfecto para acallar las lenguas multiplicadoras de maldad y envidia. Suárez lo fue todo. Dos goles. Nueve kilómetros de recorrido, y un mapa de calor (Diagrama que indica los espacios alcanzados en el juego) espectacular. Junto a Cavani destrozaron a la zona uno de Inglaterra. El primer gol fue la resurrección de la fe. Un gesto técnico del Superhéroe Cavani, y un centro quirúrgico, divino, perfecto, que sobrepasó a Jagielka y le permitió a Suárez torcer el cuello y batir a un pobre Hart que nunca tuvo chance de nada. Es necesario entender que hace un mes, Suárez lloraba desconsolado luego de su operación para repararle los meniscos de la pierna derecha. Un extrarrestre. Otro nacido para las batallas.

…y 6- Podrán clasificar. Podrán quedar eliminados, esa es la síntesis del fútbol, pero esta presentación era necesaria para sonreír de nuevo, para agradecer las formas y los corajes, y para aprender cómo se afronta un juego de Mundial. Uruguay es una nación de cuatro millones de personas que disfrutan del vino y viven y entienden de amor propio como ningún otro país. La humildad. La pasión y la genética productora de excelsos futbolistas engrandecen la única realidad válida. Nacieron para las batallas.


Geoff I. Hernández