1- ...y
es por ti Keylor, que titulo así la crónica. Por tu prestancia, por tu sentido
de ubicación, por la evolución que has tenido desde hace dos años y porque eres
el único General de todo este ejército costarricense que vive el momento más
dulce de su historia. No solo fue el penal – Que detuviste a mano cambiada, por
cierto, abusador - fue la parada a Mitroglou, a Katsouranis, a Karagounis, a
Sócrates, a Platón, y a Pitágoras. Tienes a tu lado, al ángel que alguna vez
estuvo con Casillas. Ese ángel que llena tus alas de fuego.
2- La
interrogante no era clasificar o no, era saber cómo respondería Costa Rica ante
este nuevo guión que debía ejercer. El de proponer. El de elaborar, y el de imponer
condiciones desde el principio, y no respondieron de forma correcta. Cayeron en
la telaraña de Grecia. Borges y Ruiz fueron los más lúcidos en la primera
parte, sus constantes vaivenes, liberaban a un Tejeda que se vio perdido, y que
prefería retrasarse antes que estorbar en la elaboración. Gamboa y Díaz no
tuvieron mucho trabajo a sus espaldas, por eso galopaban sin limitaciones por
sus bandas, pero el problema estuvo en que nunca fueron una opción clara de
peligro, sino, el escape para evitar la frustración creativa por el medio del
campo. Flojo primer tiempo tico.
3- Grecia
desde que decidió renunciar a sus primas económicas, demostró que son todo
corazón. Y allí radicó su desgracia. Apostaron a lo ríspido, al corte constante
de la rítmica de juego y sobre todo a frustrar a Costa Rica y a aprovechar las
habilidades de un divino Samaras. De resto, no pudieron nunca ocultar el
festival de carencias que los caracteriza. Avanzar a octavos, de por sí, ya era
una alegría para un país que sufre el gen verdugo del FMI. La oportunidad de
avanzar a cuartos, era un regalo, sin presión y con muchas ganas. Pero nunca
esperaron tener la responsabilidad de ir por el partido. Y cuando debes ejercer
un rol al que no estás acostumbrado, tus falencias se multiplican y el estrés
alcanza el cielo.
4- El
gol de Bryan Ruiz rompe todo el juego. Grecia creía que bastaba con jugar al
choque, pero Bryan cambió todo. El gol aturdió a los helénicos y los comprimió
hacia su zona defensiva. Fue entre el minuto 49 y 60 que Costa Rica desplegó
todo lo que había mostrado en fase de grupos. Asociaciones, triángulos en
varios sectores, responsabilidad en los relevos defensivos y un Campbell
omnipresente, que sufrió de espalda al arco en todo el primer tiempo, pero que
evolucionó y se cansó de ganarle la posición a Manolas y Sokratis, y de regalarnos
un concierto de esfuerzo y amor propio que enamora y obliga a situar las
convicciones por encima del mismo talento. Un nueve que no es nueve en un
equipo pequeño, que no es pequeño.
5- Después
de la aparición del impresentable Benjamin Williams – Obviando una mano en el
área a favor de Costa Rica – Fernando Santos dio un golpe al tablero y realizó
el movimiento más influyente en Grecia en todo el partido. La inserción de
Katsouranis le otorgó el fútbol que más necesitaban. Sobre todo luego de la
expulsión del imprudente Duarte. A partir de allí, todo se convirtió en pánico,
tanto para Costa Rica como Grecia, que veían a la magia del fútbol invertirle
los roles. Pinto responde, y sorprende utilizando un sistema que en su mandato
es difícil de imaginar, doble línea de cuatro, cerraditos y Campbell en el medio
de la guerra. Allí Katsouranis hizo un partido memorable. Se cansó de cubrirle
las subidas a Karagounis, y de ampliar la cancha tanto a la izquierda, hacia el
magnífico Cholevas, como a la derecha, donde lo intentaba Torosidis.
6- En
un intercambio de golpes se convirtió el partido cuando empató dramáticamente Sokratis.
Katsouranis lideraba a una Grecia que arrinconó con más intención que fútbol a
una Costa Rica que se le dificultaba transformar en centrales a sus stoppers.
Sufrir es un verbo que se ha hecho cotidiano en este Mundial, y en eso Pinto
tiene un historial de aprendizaje. En el fútbol fueron superados por Grecia
luego del minuto 60, pero en la cabeza, el lugar donde nacen los triunfos,
jamás cedieron ni un centímetro. Y con Keylor, evitando la desgracia en más de
una ocasión, Costa Rica logró frustrar y secar las intenciones rebeldes de
Grecia. Y llegaron los penales.
…y 7- Los héroes silenciosos. Las
historias impensadas. Los retos imposibles, y las gestas inolvidables parten de
un mismo denominador común. La confianza. Allí yacen las bases de esta Costa
Rica, que dictó cátedra de patear penales, de sufrir, de aguantar y de seguir
sepultando a la historia. Y mucha de la culpa es tuya, Keylor Navas. Y por supuesto, de tus
alas de fuego.
Geoff
I. Hernández