domingo, 29 de junio de 2014

Alas de fuego...

   1-  ...y es por ti Keylor, que titulo así la crónica. Por tu prestancia, por tu sentido de ubicación, por la evolución que has tenido desde hace dos años y porque eres el único General de todo este ejército costarricense que vive el momento más dulce de su historia. No solo fue el penal – Que detuviste a mano cambiada, por cierto, abusador - fue la parada a Mitroglou, a Katsouranis, a Karagounis, a Sócrates, a Platón, y a Pitágoras. Tienes a tu lado, al ángel que alguna vez estuvo con Casillas. Ese ángel que llena tus alas de fuego.

2-  La interrogante no era clasificar o no, era saber cómo respondería Costa Rica ante este nuevo guión que debía ejercer. El de proponer. El de elaborar, y el de imponer condiciones desde el principio, y no respondieron de forma correcta. Cayeron en la telaraña de Grecia. Borges y Ruiz fueron los más lúcidos en la primera parte, sus constantes vaivenes, liberaban a un Tejeda que se vio perdido, y que prefería retrasarse antes que estorbar en la elaboración. Gamboa y Díaz no tuvieron mucho trabajo a sus espaldas, por eso galopaban sin limitaciones por sus bandas, pero el problema estuvo en que nunca fueron una opción clara de peligro, sino, el escape para evitar la frustración creativa por el medio del campo. Flojo primer tiempo tico.

3-  Grecia desde que decidió renunciar a sus primas económicas, demostró que son todo corazón. Y allí radicó su desgracia. Apostaron a lo ríspido, al corte constante de la rítmica de juego y sobre todo a frustrar a Costa Rica y a aprovechar las habilidades de un divino Samaras. De resto, no pudieron nunca ocultar el festival de carencias que los caracteriza. Avanzar a octavos, de por sí, ya era una alegría para un país que sufre el gen verdugo del FMI. La oportunidad de avanzar a cuartos, era un regalo, sin presión y con muchas ganas. Pero nunca esperaron tener la responsabilidad de ir por el partido. Y cuando debes ejercer un rol al que no estás acostumbrado, tus falencias se multiplican y el estrés alcanza el cielo.

4-  El gol de Bryan Ruiz rompe todo el juego. Grecia creía que bastaba con jugar al choque, pero Bryan cambió todo. El gol aturdió a los helénicos y los comprimió hacia su zona defensiva. Fue entre el minuto 49 y 60 que Costa Rica desplegó todo lo que había mostrado en fase de grupos. Asociaciones, triángulos en varios sectores, responsabilidad en los relevos defensivos y un Campbell omnipresente, que sufrió de espalda al arco en todo el primer tiempo, pero que evolucionó y se cansó de ganarle la posición a Manolas y Sokratis, y de regalarnos un concierto de esfuerzo y amor propio que enamora y obliga a situar las convicciones por encima del mismo talento. Un nueve que no es nueve en un equipo pequeño, que no es pequeño.

5-  Después de la aparición del impresentable Benjamin Williams – Obviando una mano en el área a favor de Costa Rica – Fernando Santos dio un golpe al tablero y realizó el movimiento más influyente en Grecia en todo el partido. La inserción de Katsouranis le otorgó el fútbol que más necesitaban. Sobre todo luego de la expulsión del imprudente Duarte. A partir de allí, todo se convirtió en pánico, tanto para Costa Rica como Grecia, que veían a la magia del fútbol invertirle los roles. Pinto responde, y sorprende utilizando un sistema que en su mandato es difícil de imaginar, doble línea de cuatro, cerraditos y Campbell en el medio de la guerra. Allí Katsouranis hizo un partido memorable. Se cansó de cubrirle las subidas a Karagounis, y de ampliar la cancha tanto a la izquierda, hacia el magnífico Cholevas, como a la derecha, donde lo intentaba Torosidis.

6- En un intercambio de golpes se convirtió el partido cuando empató dramáticamente Sokratis. Katsouranis lideraba a una Grecia que arrinconó con más intención que fútbol a una Costa Rica que se le dificultaba transformar en centrales a sus stoppers. Sufrir es un verbo que se ha hecho cotidiano en este Mundial, y en eso Pinto tiene un historial de aprendizaje. En el fútbol fueron superados por Grecia luego del minuto 60, pero en la cabeza, el lugar donde nacen los triunfos, jamás cedieron ni un centímetro. Y con Keylor, evitando la desgracia en más de una ocasión, Costa Rica logró frustrar y secar las intenciones rebeldes de Grecia. Y llegaron los penales.

…y 7- Los héroes silenciosos. Las historias impensadas. Los retos imposibles, y las gestas inolvidables parten de un mismo denominador común. La confianza. Allí yacen las bases de esta Costa Rica, que dictó cátedra de patear penales, de sufrir, de aguantar y de seguir sepultando a la historia. Y mucha de la culpa es tuya, Keylor Navas. Y por supuesto, de tus alas de fuego.

Geoff I. Hernández

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