domingo, 22 de junio de 2014

Seducidos por la ilusión


    1- Una cosa es participar y otra muy distinta es competir. Para competir debes evaluarte, adaptarte y ajustarte a una idea que conlleva la responsabilidad de cumplir unos objetivos impulsados por la Ilusión. En el fútbol la competitividad lo es todo, incluso por encima del talento individual. Las individualidades son un recurso válido cuando se intentan conseguir los caminos para el funcionamiento colectivo, de resto, solo es arrogancia, energía desgastada y juegos de azar. Estados Unidos compite. Portugal no. Uno se ilusiona con los resultados de un guión bien estructurado y otro de rodillas mendiga un destello del genio y así sobrevivir. El resultado no refleja la esencia del juego. Al final el resultado solo es la culminación de centenares de circunstancias que ocurren en noventa minutos.

2-    Portugal quiso, pero no pudo. Tan sencillo como eso. El espectáculo fue el más favorecido producto a la intención constante de Portugal y la ubicación correcta de Estados Unidos. Ese error pasmoso del ‘tocayo’ Geoff Cameron, le permitió sonreír a Bento por un instante. A partir del gol todo fue a peor para los lusitanos. Klinsmann vive por su manual, le adhiere pero no le quita. Su juego nace a partir del dominio en mediocampo, y en esa faceta el rastafari Kyle Beckerman fue el mejor exponente. Achicaba y ampliaba el equipo cuando quería. Le ensuciaba los espacios a un Moutinho enchufadito pero carente de asociantes. Bradley, aunque no realizó su partido más correcto, pudo tomar responsabilidades ofensivas porque detrás de él, Beckerman era una muralla infranqueable.

3-    La diferencia entre Ronaldo y Messi es que Leo tiene un equipo y Cristiano no. La prensa mundial malgastó centenares de letras, tinta y hojas enfocándose en la ‘lesión fantasma’ de CR7, pero la mayor angustia para él no vivía en su cuerpo, estaba en levantar la cabeza y sentirse solo. Jamás logró controlar sus emociones, nunca entendió lo que significa Portugal, quiso leer la partitura al mismo ritmo que lo hace en Madrid y esto lo aprovecharon Johnson y Jones para cerrarlo siempre. Está sentenciado al fracaso. Su alrededor está lleno de pésimos jugadores que se afanan en hacerlo peor.  

4-    Dempsey es la bandera de un proyecto que tiene sus bases en el orden, la solidaridad y la ilusión. Tiene el tabique fracturado. No se operará hasta que termine la Copa del Mundo. Sabe transmitir con su sentido de ubicación la idea de Klinsmann. Llegar es mejor que estar y el segundo gol no fue casualidad. Fue un festival de orientación y de olfato goleador que magnificó los desdobles incesantes de un lúcido Fabian Johnson.

5-    Cuando el partido aún era posible para Portugal y vivía el momento de las decisiones técnicas, Pablo Bento lo hizo todo mal. Seré severo. Bento con sus sustituciones se encargó de robarle el poquito de corazón que de por sí ya tenía el gélido Portugal. Sacarlo a Andre Almeida, cuyas proyecciones ofensivas fueron el recurso más utilizado por los lusitanos, solo hubiese tenido sentido si el esquema en la zona dos no se tocaba. Allí estuvo el error. William Carvalho es un correctísimo jugador, pero estático. En las transiciones se queda y atrofia el contragolpe. Meireles estuvo mucho más activo y se arrimaba a la izquierda para mejorarlo a Cristiano.  Cuando sustituyó a  Meireles se acabó el fútbol y se hace un pantano la creación. La torpeza de Veloso por la izquierda solo fue superada por la terrorífica noche de Eder. De lejos, el peor de la cancha y de la grada y de todo.

6-    El cuerpo técnico americano tiene la obligación de trabajar en los detalles. Los fundamentos básicos los ejecutan a la perfección, pero los descuidos psicológicos casi le cuestan el partido. Cameron, Howard y Zuzi. Tres elementos importantes que hoy por instantes se estancaron. Más que en la pizarra, es una cuestión mental. Si encierran esos fantasmas, la hazaña del 2002 podría ser superada. Tienen material y en el banco a un superdotado que por obligación y amor al arte, debe ver minutos contra Alemania. Mr. Chris Wondolowski.

…y 7- La síntesis de Portugal estuvo en el gol de Varela. Sin celebración. Sin reacción. Sin alma y con una amargura que transmite el descenso de un país que tocó el cielo futbolístico con el subcampeonato de Europa en 2004. Ni Ronaldo. Ni Nani. Ni nadie. Las individualidades nunca podrán sustituir el poderoso significado de una idea. Estados Unidos vive por una idea y está completamente decidido a dejarse seducir por la ilusión.


Geoff I. Hernández

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