miércoles, 25 de junio de 2014

Con Messi todo es posible...

    1-  El partido dejó dos noticias. Una buena y una mala. La buena es que fue la mejor presentación hasta ahora de la Argentina en el Mundial y Messi huele a sangre. La mala es que será inminente la utilización de la línea de cinco contra rivales de jerarquía. Ni Rojo. Ni Fede. Ni Garay. Ni Zabaleta tienen la capacidad para cubrir espacios y referenciar al mismo tiempo. Hoy cedieron tantos espacios y hubo tantos errores en el achique que solo la omnipresencia de Mascherano evitó daños peores. Quizá no en octavos, pero con seguridad, a partir de cuartos se regresará al formato que tanta bulla hizo en el debut. El escalofriante 3-5-2.

2-    Con Messi todo es posible. Es el lema. El estandarte que elevará el equipo de aquí al final de su participación. El 10 tiene unas ganas inmensas de comerse el Mundo. Es tanta la responsabilidad que al salir en el minuto 62 ni se inmutó. Se tomó unos segundos para aplaudir a los extasiados hinchas argentinos que solo se rendían ante su don. Salió del campo y le estrechó la mano a Sabella. Y también se acabaría el fútbol de la Argentina. Es que sin Messi esto no tendría sentido. La Messidependencia es colectiva. Paradoja pura. Todos juegan para él y él juega para todos. Son equipo. Terribles en defensa. Poderosos en ataque. El vaivén del partido sacó lo mejor y lo peor de ellos. Y mantengo firme mi posición: Mientras más complicado sea el rival, mejores serán. Hoy evolucionaron.

3-    Nigeria mostró lo incómodo de su fútbol. El desorden al replegarse le costó caro, pero las violentas transiciones cuando recuperaban la pelota en mediacancha les complicó la tarde a la inocente Argentina defensiva. Ahmed Musa, el crack que nunca explotará, hoy quiso pulsearlo a Messi. Dos goles de calidad. Incontables desmarques de ruptura que culminaron en peligro y una consciente lucha con Zabaleta que ganó sin dudas. A partir de Obi Mikel nace todo. Los aciertos y los errores de esta Nigeria. Sin la ilusión de selecciones anteriores, pero con el talento necesario para pelear, el problema es que ahora van contra Benzema y su banda.

4-    Gago volvió a los vicios de Boca. Dirigir e intentar crear pero olvidarse del espacio y optar siempre por la anticipación. Y es que si no fuese por el Gran Masche, la espalda de Gago fuera el puñal de las críticas. No está bien Fernando. No genera. Sigue ralentizando la circulación del balón, y eso que hoy mejoró notablemente en ese aspecto el equipo. La pide, pero le cuesta asociarse. No pisa el área y sus errados achiques terminaban en ocasiones de gol de Nigeria. No sé que tanto tocará el esquema Sabella contra Suiza, pero si la necesidad es de alguien con toque corto efectivo y con destrucción, Gago debería iniciar en el banco. Biglia puede ser el antídoto.

5-    La concentración de Mascherano conmueve. El sentido de ubicación está en un nivel superlativo para el dueño del círculo central. Todas las jugadas pasan por sus pies. Es el termómetro. La grúa de una selección que tiene los peores monstruos detrás de su espalda. Por eso hoy el man of the match fue él. Sigue protegiendo los desastres en anticipación de Gago y Di María, y oxigena sin errar a las bandas. Él y Messi hablaron. Tomaron una decisión, y esa fue la concentración máxima. De Mascherano saldrá todo. Sabella tendrá que adherirle a su lado calidad, solidaridad y esfuerzo.

6-    Kun salió del partido con molestias. Quizá no vaya más, y no porque sea grave la lesión, sino por lo enchufado y la correcta participación de Lavezzi. Agüero estorba, lo intenta, quiere buscar un punto de partida, pero por el centro parte el 10, y eso no lo toca nadie. Lavezzi aunque jugó poco al lado de Messi, entendió su responsabilidad al mover las marcas y al crear los espacios. El cambio de ritmo demuestra las óptimas condiciones físicas en la que está ‘El Pocho’, y si no ocurre nada extraño, debería ser titular en octavos.


…y 7- El tiempo es ahora. El Mundial acaba de arrancar. Los márgenes de errores quedaron en el ayer, y a partir de hoy nace la ilusión de llegar a Río de Janeiro, y esto solo será posible si Messi y su clan de la fe, siguen en sintonía. La voz de Sabella retumba en el corazón de todo el pueblo argentino: Con Messi todo es posible. 

Geoff I. Hernández

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