1- El partido
dejó dos noticias. Una buena y una mala. La buena es que fue la mejor presentación
hasta ahora de la Argentina en el Mundial y Messi huele a sangre. La mala es
que será inminente la utilización de la línea de cinco contra rivales de
jerarquía. Ni Rojo. Ni Fede. Ni Garay. Ni Zabaleta tienen la capacidad para
cubrir espacios y referenciar al mismo tiempo. Hoy cedieron tantos espacios y
hubo tantos errores en el achique que solo la omnipresencia de Mascherano evitó
daños peores. Quizá no en octavos, pero con seguridad, a partir de cuartos se
regresará al formato que tanta bulla hizo en el debut. El escalofriante 3-5-2.
2- Con Messi todo es posible. Es el lema. El estandarte que elevará
el equipo de aquí al final de su participación. El 10 tiene unas ganas inmensas
de comerse el Mundo. Es tanta la responsabilidad que al salir en el minuto 62
ni se inmutó. Se tomó unos segundos para aplaudir a los extasiados hinchas
argentinos que solo se rendían ante su don. Salió del campo y le estrechó la
mano a Sabella. Y también se acabaría el fútbol de la Argentina. Es que sin
Messi esto no tendría sentido. La Messidependencia es colectiva. Paradoja pura.
Todos juegan para él y él juega para todos. Son equipo. Terribles en defensa.
Poderosos en ataque. El vaivén del partido sacó lo mejor y lo peor de ellos. Y
mantengo firme mi posición: Mientras más complicado sea el rival, mejores
serán. Hoy evolucionaron.
3- Nigeria mostró lo incómodo de su fútbol. El desorden al replegarse
le costó caro, pero las violentas transiciones cuando recuperaban la pelota en
mediacancha les complicó la tarde a la inocente Argentina defensiva. Ahmed
Musa, el crack que nunca explotará, hoy quiso pulsearlo a Messi. Dos goles de
calidad. Incontables desmarques de ruptura que culminaron en peligro y una
consciente lucha con Zabaleta que ganó sin dudas. A partir de Obi Mikel nace todo.
Los aciertos y los errores de esta Nigeria. Sin la ilusión de selecciones
anteriores, pero con el talento necesario para pelear, el problema es que ahora
van contra Benzema y su banda.
4- Gago volvió a los vicios de Boca. Dirigir e intentar crear pero
olvidarse del espacio y optar siempre por la anticipación. Y es que si no fuese
por el Gran Masche, la espalda de Gago fuera el puñal de las críticas. No está
bien Fernando. No genera. Sigue ralentizando la circulación del balón, y eso
que hoy mejoró notablemente en ese aspecto el equipo. La pide, pero le cuesta
asociarse. No pisa el área y sus errados achiques terminaban en ocasiones de
gol de Nigeria. No sé que tanto tocará el esquema Sabella contra Suiza, pero si
la necesidad es de alguien con toque corto efectivo y con destrucción, Gago
debería iniciar en el banco. Biglia puede ser el antídoto.
5- La concentración de Mascherano conmueve. El sentido de ubicación
está en un nivel superlativo para el dueño del círculo central. Todas las
jugadas pasan por sus pies. Es el termómetro. La grúa de una selección que
tiene los peores monstruos detrás de su espalda. Por eso hoy el man of the
match fue él. Sigue protegiendo los desastres en anticipación de Gago y Di María,
y oxigena sin errar a las bandas. Él y Messi hablaron. Tomaron una decisión, y
esa fue la concentración máxima. De Mascherano saldrá todo. Sabella tendrá que
adherirle a su lado calidad, solidaridad y esfuerzo.
6- Kun salió del partido con molestias. Quizá no vaya más, y no
porque sea grave la lesión, sino por lo enchufado y la correcta participación
de Lavezzi. Agüero estorba, lo intenta, quiere buscar un punto de partida, pero
por el centro parte el 10, y eso no lo toca nadie. Lavezzi aunque jugó poco al
lado de Messi, entendió su responsabilidad al mover las marcas y al crear los
espacios. El cambio de ritmo demuestra las óptimas condiciones físicas en la
que está ‘El Pocho’, y si no ocurre nada extraño, debería ser titular en
octavos.
…y 7- El tiempo es ahora. El Mundial acaba de arrancar. Los
márgenes de errores quedaron en el ayer, y a partir de hoy nace la ilusión de
llegar a Río de Janeiro, y esto solo será posible si Messi y su clan de la fe,
siguen en sintonía. La voz de Sabella retumba en el corazón de todo el pueblo
argentino: Con Messi todo es posible.
Geoff I. Hernández
que buen analisis bro
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