1- La
vida te da y te quita. Te abraza y te da la espalda. Te humilla y te exalta. La
vida a veces se resume en muchas cosas, y una de esas es el fútbol. Hoy
recibimos un regalo. Una historia que le contaremos a nuestros hijos, a
nuestros nietos, a nosotros mismos. Una batalla entre dos naciones. Veintiocho gladiadores
que se desprendieron de sus ayeres y que sobrepasaron lo natural, lo humano y
lo físico para alcanzar el triunfo. El ejército todopoderoso brasileño contra
Sampaoli y su clan de la fe. No siempre el ganador será el vencedor, y no siempre
el derrotado será el vencido. Hoy Chile demostró que solo el azar puede romper
las cimientes futbolísticas de un equipo convencido. Gracias Bielsa. Gracias
Sampaoli.
2-
El
inicio fue un vendaval amarillo y verde. La inserción de Fernandinho sería el
único acierto de Scolari en todo el encuentro. De resto, increíble la ausencia
de peso en las tomas de decisiones dentro del Cuerpo Técnico de Brasil. Fernandinho
liberó a un Luiz Gustavo que iba y venía, protegía a Dani Alves y relevaba a
David Luiz. Neymar era un galgo sediento de sangre. Por dentro, por fuera, por
el centro. Participaba en la elaboración y finalizaba. Solo le faltó el tino de
otras tardes. Treinta minutos redondos y profundos para Brasil que disfrutaba
del arranque de nervios que sufrió Marcelo Díaz y el clan de la fe. Hasta aquel
terrible saque de banda. Entre Marcelo y Hulkie, despertaron a una bestia que
no descansaría hasta el golpeo en el palo de Jara en los penales. Gol de Alexis
y resurrección del plan de Sampaoli. Brasil terminó el primer capítulo de esta
novela, dependiendo del Gran Julio César, y sin rastros de fútbol.
3-
En
lo táctico fue soberbio el triunfo de Sampaoli. La inclusión de Felipe
Gutiérrez por un Eduardo Vargas comido por Luiz Gustavo y asfixiado por Fernandinho,
rompió el partido. El peor error de Chile fue no atreverse a perder el
equilibrio cuando dominaba a placer y utilizaba todos los sectores de la cancha
para circular la pelota. Alexis y sus personajes mostraron su rostro más fino.
El asistidor. El finalizador. El recuperador. Después del peor primer tiempo en
su carrera, Díaz mejoró, y esto potenció las escapadas de un Arturo Vidal mal
físicamente, pero perfecto en amor propio y responsabilidad. Isla se encargó de
ayudar al Man of the Match chileno, el sujeto al que profundizaremos en el
próximo párrafo. Gary Medel. Después del setenta, los jugones se soltaron.
Triángulos. Permutas. Asociaciones de zona dos y tres. La amplitud y el
repliegue bastaron para frenar a la peor versión de Brasil desde Croacia. Pero
no bastó el festín de fundamentos, sin profundidad en el área no hay peligro.
Por eso Thiago Silva y David Luiz son los héroes silenciosos.
4-
Gary
Medel sufrió un desgarro en una de sus piernas. Ayer no pudo completar el
entreno, y se le unió al Rey herido, y a Alexis. Pero cuando el corazón envía
señales y el esfuerzo se adhiere a la sangre, es inevitable ir hasta el final. Jugó. Y
cuando me refiero a jugar, especifico la lucidez en la ubicación. Lento en la
primera parte, y mucho de esto tuvo culpa Marcelo Díaz al no apoyarlos cuando
se desprendían los carrileros. A partir del segundo tiempo, cuando Chile
secuestró a Belo Horizonte, Medel cortó todo lo que se acercaba a su zona. Por
arriba, se dio festín frente al impresentable Jo. Y salió cuando no pudo más.
Cuando el músculo le imploró parar. Allí cayó desprendido, el alma de un
guerrero y las lágrimas de un triunfador.
5-
Willian
es una versión correctora de Paulinho. Responsable, con fútbol, y aunque erró
el penal en la tanda, sacó del embudo de la desesperación a Brasil en el peor
momento del partido y le otorgó los recursos para que el desaparecido Neymar,
tomara las riendas del ataque brasileño y le bombardearan el arco a Claudio
Bravo y al ángel que tiene al lado.
6-
Julio
César, el emperador de esta generación presionada. Claudio Bravo, el eterno
capitán chileno. El alfa de una batalla imborrable. Las lágrimas del golero
brasileño, que se interpretaron incorrectamente. No era presión. Eran muestras
de agradecimiento a la vida por darle el escenario para resarcirse de aquella
fatídica noche en Sudáfrica frente a Holanda y vaya que lo hizo. Te da y te
quita. Te alaba y te humilla. La vida como el fútbol. Y Claudio se fue triste,
pero con la satisfacción de saber que es un héroe de este clan de la fe.
7-
La
crueldad de los penales. La ironía del azar. Los latidos que aromatizaban un
ambiente que por momentos olía a desgracia. El travesaño brasileño. Ese disparo
de Pinilla que pudo ser y no fue. Esos penales que no entraron. Todo se dio,
para que el clan de la fe no clasificara. De una u otra manera, Chile se irá,
pero volverá. Porque su fútbol es exquisito. Porque secuestraron a Belo
Horizonte. Porque arrinconaron a la pentacampeona, y porque ya no son
kamikazes, sino, un puñado de hombres creyentes de una idea y abarrotados de
fe.
…y 8- Brasil sigue, como sigue el
Mundial, como sigue la vida, y como sigue la historia, pero este destello
vivido en Belo Horizonte, jamás podremos olvidarlo. El fútbol y la vida se
unieron, y hoy agradecemos por eso.
PD: Hoy, públicamente, pido que
me disculpes Howard, dudé de ti, como lo hizo el Mundo entero. Brillante
presentación. Gracias por no manchar más, la ya manchada imagen de este
Mundial.
Geoff
I. Hernández
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