1-
En
la vida y en el fútbol, uno de los procesos más complicados de conseguir es la
reinvención. Ya sea por el añoro precoz de los éxitos del pasado, o por el
terror que significa enfrentar al futuro entendiendo que los recursos ya
utilizados no tienen los mismos resultados. Y reconocer el momento preciso para
reconstruir sin sufrir es algo muy difícil, casi siempre el dolor es el camino
más fácil para iniciar la ruta hacia la restitución de la grandeza.
2-
Y
el Barcelona del año pasado sufrió. En el campo y fuera de el. Esta temporada
tenían que tomar la decisión que los conduciría por la próxima década.
Mantenerse ajustados al Torán del pasado o reescribir la leyenda del club que en el
fútbol contemporáneo se convirtió en dictador y en dueño de casi todo. Y sin
dudas, optaron por esta última opción. Dejándose moldear por la frescura de un
Luis Enrique que entiende el fútbol desde la óptica de Can Barca, pero con los
recursos fundamentados en toda Europa.
3-
Las
finales son cortometrajes que no te dan espacio al error. Son pruebas que debes
entregar al profesor sin permiso de revisión. Las finales son el puente más corto
a la gloria o al olvido. Y así lo entendió una Juventus que jugó el partido de
su vida. Lo zarandearon como Drago lo hizo con Rocky en Rusia, lo tiraron a la
esquina y le propinaron una paliza emocional y futbolística. Todo esto en apenas
quince minutos. Rakitic al minuto cuatro encendía las redes, luego del recital
que inició Messi por la derecha, asesinando a la Vecchia con pelotas cruzadas,
un control orientado perfecto de Neymar y la asistencia del único jugador que
tiene la capacidad de detener el tiempo cuando está en el área. Iniesta.
Mr.Finales, levantaría la cabeza y le permitiría al croata llenarse de gloria y
de colocar el primer sablazo al alma italiana, iniciando el festival.
4-
Pero
no. Porque la Juventus es tan grande como sus virtudes y tan humildes como sus
carencias. Después de un temblor continuo que llevó a Buffon a exigirse al
máximo, el conjunto de Allegri mantuvo la calma. Recordó las charlas previas donde
el psicólogo dejó muy claro: Si dan un paso hacia atrás, los devorarán. Y
Morata tomó el testigo. Fue la precisión y exquisitez. Le dio motivos a
Mascherano para nunca olvidar este partido. Se encargó de ridiculizar al jefe
una y otra vez. De empujarlo a Piqué de su zona de señorío para asistirlo a
Javier. Y a partir de ahí todo fue a
mejor. Aunque se sabían inferiores, nunca perdieron la fe. Creyeron hasta el
final. Nada los derrumbó, y solo el talento les quitó la gloria.
5-
Barcelona
jugó la final con la libreta de Luis Enrique en el pecho, al lado del escudo.
Manejó a perfección los tiempos del partido en la primera parte. Apeló a esa
eterna capacidad intimidatoria de Messi y a la energía inagotable de Neymar y
Suárez para romper el muro. Un trío de actores de repartos se racionarían las
funciones en el mediocampo. Rakitic volaría hacia la espalda de Pirlo y
retornaría a ser el escudero de Alves. Y hasta en eso acertó Luis Enrique.
Cuando le ofrecieron a Kroos, no dudó en preferir al croata-sevillano.
Omnipresente y con un amor hacia la camiseta digno de cualquier canterano.
6-
Por
su parte, Busquets seguiría al corriente de sus actuaciones previas en finales.
Mientras los dos volantes que lo acompañen estén lúcidos y responsables, él
será el mejor y nadie lo superará. Será una máquina tragabalones. Y cuando
estos se estremezcan, Busquets sufrirá, al punto de fracturarse el equipo en
dos partes. Así como ocurrió contra el Madrid en la primera vuelta y como se
repitió en Berlín después del gol de Morata.
7-
Con
la partida igualada a un gol se presentó un escenario que nadie imaginó. De
repente la inferioridad de la Juventus no existía. De repente, la confianza en
la circulación del balón del Barcelona se transformó en un manojo de
inseguridades que empujaban al revoleo como coraza de protección. De repente,
la hinchada catalana volvió a pisar tierra, y a observar como Pogba, Vidal y
Morata descosían a puro corazón las bandas del Barcelona y ponían en peligro la
repetición de la hazaña.
8-
Y de repente, apareció Messi.
9-
Pidiendo
la pelota, driblando como niño que huye de un padre violento, gambeteando como
se aprende en el potrero, y con la seguridad de que ese esfuerzo terminaría en
algo. Y terminó en los pies de Suárez, ese bicho raro, que es simbología de la
pasión y que tiene un olor a gol que ni
sus fantasmas han podido disipar. Estuvo en el momento indicado para acabar con
la disidencia, y enviar el momento de superioridad de la Juventus al arco que
protegía de Buffon.
10-
Piqué
y Bonucci fueron dos gigantes en sus áreas. La ausencia de Chiellini ni se
sintió. Lástima que el martillo aplanador de la MSN eclipse la gigante
presentación del central Juventino. Y por el otro lado, está el Kaiser. El
monstruo que se reinventó y volvió a ser el mejor central del mundo. Por arriba
no pasa nada cuando el rival opta por el centro. Y por bajo, mucho menos. 25
rechaces de cabeza, y 6 tacleadas perfectas, así lo confirman.
11-
…Y
hay un nuevo triplete. Y la reinvención exitosa obliga a pensar en la estatura
de sistema que ha establecido el Barcelona en España y en Europa, y que poco a
poco estructura la Juventus en su país. Un Barca veloz, segurísimo de sí mismo,
asesino cuando el rival se crece y llenos de recursos, ha llegado a la cima,
una vez más.
12-
La
renovación de algunos, y la continuidad de otros, permitirán radiografiar más
adelante el futuro deportivo del Barca. Lo que sí es innegociable, es esta
generación que ha gerenciado el sustantivo “triunfo” una manera excepcional y lo han llevado a
convertirse en un tatuaje de interés y una anticipación de lo que se viene.
Porque el Barcelona no es un ciclo. Es una idea. Y las ideas, regularmente
terminan venciendo.
Geoff I. Hernández.
son los mejores del mundo
ResponderBorrarOtro texto virginal, búsquese un papo, así sea pagando...
ResponderBorrarNiño que huye de un padre violento? Quien te enseñó a hacer esas comparativas tan abstractas, por eso eres y seguirás siendo un virgen. Aunque después de esto lo dudo, seguro tu papa o tu tío te perseguían chiquito y te tocaban violento no?
ResponderBorrarLoco, explicame, por que tenéis que ser tan rebuscado? Se te da bien escribir, pero hay analogías que no tienen sentido en este texto, porque son forzadas. No se necesita profundizar tanto en una idea, esto no es poesía ni literatura dramática. Y cambia el nombre del blog que te lo copiaste de Varsky.
ResponderBorrarQue divertido ver como hay una pila de envidiosos que siempre intentan dañar con sus comentarios. Este tipo de escritos no es para cuakquiera. La mayoria estara por siempre estancados en lo que les vende el burdo y repetivo periodismo actual. Segui asi hermano. Soy del Madrid pero ayer fue una gran final
ResponderBorrarPienso que el Barcelona se confio y casi lo paga muy caro. Juventus debio aprovechar los 15 minutos despues del gol de morata. Todo parecía listo para la hazaña de la Juve pero es que con Messi es muy dificil. Pidio la bola y todo termino. Gran final y como siempre gran texto.
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