(Crónica de una democracia impuesta)
Aún seguimos
preguntándonos cuál fue la génesis de tanta destrucción. ¿Qué línea invisible traspasamos
para transformarnos de una nación saturada de riqueza mineral a un quilombo de
falsos comunistas sedientos de poder? ¿Por qué el conformismo, la miseria, la
angustiante regulación y el temor son los compases en los que bailan nuestras
vidas? ¿Por qué 42.000 millones de dólares provenientes del petróleo como
situado anual no son suficientes para satisfacer las mínimas exigencias de una
población que va in-crescendo a ritmo histórico? Creo tener la respuesta: Hoy
más que nunca está enquistado en la mente del venezolano de calle ese legado de
Hugo Chávez, el gen maldito de la división, cuyas ramas oscuras provienen del
marxismo y sus cimientes del leninismo soviético. Lo curioso y antagónico del
asunto es que Chávez murió sin ver los frutos de su desgracia. Ese es el
motivo. Nunca habrá un verdadero diálogo.
Las
dictaduras tienen una cualidad que las distinguen de cualquier otro concepto
político, y es vital descifrarla para entender la esencia del falso diálogo
promovido por la indefensa oposición y aceptado por la esfera roja necesitada
de paz internacional. Las dictaduras son moldeables, se ajustan a los vaivenes
sociales, a las inconsistencias económicas y a las diminutas fuerzas de los
entes disidentes del país donde se desarrolla. El peor error está en creer que
solo los genocidios hitlerianos y la miseria castrocomunista son síntomas de un
gobierno dictador. Esta nueva generación liderada por Maduro y su imitación
barata del Partido Bolchevique, ha demostrado otra faceta dictatorial. Un
rostro cruel, pero a la vez sonriente. Son lobos con los disidentes y ovejas
frente al núcleo continental. Ni Videla en sus días de furia o Mussolini en sus
arranques iracundos lograron cumplir con una doble moral tan sutil. Jamás en la
historia un país utilizó algún recurso natural para silenciar las voces
demócratas internacionales de una forma tan descarada como esta fallida
Revolución lo hizo. Mercosur, Petrocaribe, y el Alba son un festival de
vampiros silenciosos que conocen la desgracia que rodea a Venezuela, y aún así
la siguen viendo como la gallina de los huevos petroleros.
El poder
adquisitivo del venezolano ha creado una neblina que eclipsa el viejo concepto
cubano de la dictadura. Esto ha sido aprovechado por un gobierno con chispazos
fascistas – Y aquí me detengo, es necesario explicar que no existe un fascismo
social, es decir, impulsados por civiles. El concepto original del fascismo
nace de un gobierno secuestrador de todos los poderes, donde la disidencia es
pagada con represión y donde el aparato productor económico del país lo
gerencia un partido único. Curioso. ¿No se parece esto a Venezuela? – para
ocultar las innegables cantidades de despilfarro en corrupción. Las erradas
políticas de nacionalización que inició Chávez, que hoy obligan al país a
importar más del 70% de alimentos y de otros productos de usos diarios. La
impresión frenética de billetes por parte del BCV ha sido la gota que derramó
el vaso, intentando solventar el desfalco del fondo de Pdvsa solo han
multiplicado la especulación y la inflación. Llevando a la nación a cifras
estadística que se visten del mismo color del Psuv.
Hoy se
confirmó la suspensión de un diálogo que nunca existió entre gobierno y
oposición. El chiste duró más de lo esperado. Lo único que el mundo entero
observó fue una reunión de caudillos de distintas jerarquías, abarrotados de
dólares, que frente a las cámaras demuestran odiarse hasta la médula, pero off
the record, son de la misma pandilla corrupta y dueña de la mitad del país. Eso
sí, de distintas medidas ideológicas. Unos, capitalistas salvajes con aromas a
socialistas-comunistas, y otros, capitalistas salvajes originales de la vieja
guardia. Cualquiera que se salte el guión de la obra terminará en Ramo Verde o
en el exilio.
El
ostracismo del fulano diálogo fue la primera rejilla a la sospecha. Los
productores de esa obra en Miraflores planearon hasta el más mínimo detalle, la
hora, el lugar, la ubicación de los personajes, y sobre todo, el espacio para
el foro internacional. El público venezolano, como si fuese un Caracas vs Magallanes,
compró sus cotufas y su refresco y se sentó a esperar el chiquero, y ocurrió.
Hubo diversión. Todos cumplieron con su rol, quizá Capriles se saltó un poco el
guión al intimidar al todopoderoso Rafael “7.000 millones de $” Ramírez, pero
no importa. La gente lo disfrutó, y esa era la premisa. Después de allí, los
otros gobiernos del continente no podrían acusarlos de dictadores, ¿Y cómo, si
sentaron en la misma sala de gobierno a los líderes de la oposición? El
problema para la dictadura está en que la disidencia actual no la lideran los
dinosaurios que aparecieron con sus trajes Dolce&Gabbana y perfume Givenchy
parloteando en Tv, si no, los estudiantes. Esos guerreros sedientos de justicia
que día a día se montan en el ring, yendo siempre al disparejismo frente a los
esbirros del dictador. Intentando deslastrar al país de esta plaga que se ha
extendido cual cáncer en todas las células y músculos de Venezuela. Por esto es
que cualquier diálogo que aparte a la verdadera oposición del país se irá a la
deriva.
Jorge
Rodríguez y Diosdado Cabello se han encargado de tirar contra el suelo
cualquier intentona de reintegración social a través de su dialéctica pedante y altanera, y es lógico, con comunistas que
viven como Rockefeller es imposible dialogar. Su poder es su divisa. Los
petrodólares su oxígeno.
La técnica
de resolución de problemas es muy específica al momento de dilucidar los pasos
para conseguir las respuestas a todas incertidumbres que podía haber en el
ambiente:
1) Jamás se logró especificar
el problema: La intenciones del gobierno nunca fueron de sanación, sino de
paliación, es decir, utilizar las reuniones como maquillaje ante el descontento
social manifiesto en las calles. Les funcionó de maravilla. Hoy el país está
como si nunca pasó nada y los problemas siguen multiplicándose.
2) Nunca
existió una respuesta clara: La
debilidad de los representantes de la oposición impuesta no les permitía tener
voz de peso en las decisiones del gobierno. Su presencia era decorativa. Eran
como los centros de mesas que adornarían las fiestas de los medios y gobiernos
internacionales.
3) La lista de
soluciones giraban en torno a intereses pro-gobierno: Maduro y Rodríguez se rieron cuando leyeron una de las
peticiones que tenía el documento entregado por Andrés Velázquez. La amnistía,
la inclusión de los estudiantes, y las flexibilidad al momento de adquirir las
divisas fueron algunas de las peticiones que tatuaban el documento, todas
descartadas categóricamente por parte de la esfera más alta del gobierno
psuvista.
4) No hubo
alternativas lógicas: Lógicamente,
al haber ausencia de aceptación por parte del gobierno en responder sobre las
peticiones de la oposiciones, era imposible crear alternativas de respuestas
equitativas, destruyendo todo lo que medio se construyó en aquel divertido show
de Miraflores, y retornando la situación del país a donde pertenece, en la
esquina de la nada frente al mausoleo del dolor.
5) Valorar los
resultados: El único
resultado que se puede valorar de todo este periplo es el increíble crecimiento
de popularidad dentro de los estratos medio-pudientes del gobierno de Maduro.
La carencia de una oposición con rasgos de transición fomentó la iniciación de
una nueva secta: La oposición de la oposición. Como diría Metallica: ‘Triste
pero cierto’.
…y así es
como de la noche a la mañana se regresa a la nada. Las intenciones neocolonista
de Cuba y el esclavismo ideológico al que están atados los multimillonarios
representantes del chavismo de los pobres y menos pudientes, representan el
mayor riesgo para la creación de un fantasioso pero necesario diálogo. Las
formas que usa este gobierno para mostrar autoridad son las mismas de Tiberio Julio
César. Violencia y escasez. Todas estas
sinfonías desesperadas nos ubican en una sola calle, cuya bandera agita el
viento sin piedad, esgrimiendo la realidad de este diálogo.
Pd: Al fondo
se lee, en letras grises, y contornos azules esa frase que me recuerda el
momento de unión entre estas dos hordas: ‘El día que nunca llegará’.
Geoff. Hernández R.
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