2-
Martino
aprendió la lección contra Venezuela. Y corrigió. Salteó la ubicación en la cancha
de Mascherano, colocándolo en medio de los centrales al momento de elaborar, evitando
el 2vs2 que tanto le hizo daño en los cuartos de finales. Este movimiento
táctico, le otorgó un premio aparte al colectivo, tener el primer pase limpio
en todo el encuentro. El revoleo constante de Romero no existió. Y Argentina
creció en utilización óptima de los espacios.
3-
Estados
Unidos se presentó desnudo ante su gente. Con más coraje utópico que fútbol.
Sin el pegamento que unía las transiciones (Jermaine Jones), y sin el talentoso
que cambiase el ritmo en los últimos 20 metros (Alex Woods), no había ningún
fundamento que le permitiese a los anfitriones competir, y menos si lidiaban
con la versión albiceleste más parecida a aquella mágica que inventó Bielsa al
final de los noventas.
4-
Leo
Messi consiguió en Marco Rojo su aliado perfecto. Lo más parecido a Dani Alves
que podrá tener en la albiceleste. El lateral izquierdo entiende la ley
‘Devuélvesela a Messi’ a la perfección, sus desmarques de ruptura y la
‘colgadita culé’, sacaron de quicio a un inocente Yedlin que estuvo dos
segundos retrasados en cada aventura de Rojo.
5-
La
pausa que Banega da en la construcción explica en buena parte las
recuperaciones inmediatas de Argentina. Augusto y Mascherano flotaban en la
zona media, secando a la versión más deprimida de Bradley, y a un Beckerman que
corría y corría, y le era imposible rozar el cuero. Dominio aplastante en todos
los aspectos de juego. El dinamismo y la precisión en la fase ofensiva fueron
la gran noticia de la noche.
6-
La peor
noticia es que aun restan dos años para el Mundial. La confección del plantel
de Martino obliga a la competencia. Biglia será titular en la final – Una vez
más - , y Di María, capaz también lo sea. Todos quieren competir. Sacarse la
mufa, y acabar con estos larguísimos 23 años que han tambaleado la identidad
ganadora argentina. Sería una daga en el corazón no conquistar Nueva York.
Y 7- ‘El
clan de la fe’ firmó la presentación que consolida a un ciclo que pone a Messi
como Alfa y Omega. Imposible fallar. El gol de tiro libre es la metáfora
perfecta del transitar argentino en este torneo. Lúcidos, sedientos y con la
responsabilidad de desnudar al periodismo que engrandece las derrotas por
encima del proceso, y de tatuar la gloria en el corazón de un grupo que lo
merece todo.
Geoff I. Hernández
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