1- Hace un año escribí sobre la caída del dictador de Europa en aquellos tiempos, el Barcelona, en manos del nuevo Rey, el Bayern de Heynckes, y mostré la facilidad con la que los alemanes supieron aprovechar cada espacio cedido por los azulgranas, haciendo del contragolpe y la pelota parada el antídoto perfecto para el juego posicional, destruyendo un modelo fantástico, pero que como modelo al fin tenía fecha de caducidad. Aquel Bayern en Alemania fue una trituradora, un plantel sediento de honor, de venganza futbolística, una exposición de solidaridad en defensa y una orquesta perfecta en el juego aéreo. Ese Bayern del triplete fue el Real Madrid de hoy.
2-
El primer
compás del partido destruyó todos los análisis y las profecías previas, ni el
madridista más utópico, ni el muniqués más pernicioso imaginaría que en veinte minutos
la masacre tomaría forma. Tiñendo de Merengue a Lisboa. Ni yo, al escribir
esto, puedo creer aún la irresponsabilidad anímica con la que el Bayern salió a
la cancha. Pareciera que no se jugaban el pase a la final, sino un simple juego
de pretemporada. Estos son los partidos en los que los jugadores recompensan, o
le pasan factura a los DT. Las posesiones largas y horizontales se convertían
en la autopista más corta al suicidio para los alemanes. Ancelotti, volvió a
ganar, esta vez con una diferencia aún más amplia de la que mostró el marcador,
hizo una apuesta arriesgada, sentando a Isco, quién venía dando la pausa
necesaria al momento de las contras en las últimas fechas, y colocó a Bale, no
el Bale enfermo de la semana pasada, sino el Bale responsable, el Bale que se
convirtió en el mejor amigo de Carvajal en todo el encuentro, y quién con
elegancia y finura participó en dos de los goles merengues.
3-
En los
planes arquitectónicos de ese Ser superior, este día estaba creado para la
consagración eterna en los corazónes merengues de Sergio Ramos. El deporte,
como la vida misma, tiene esa hermosa costumbre de colocarte frente a frente a
ese monstruo que te avergonzó una vez, y será tu decisión vencerlo o mantenerte
atado a su yugo con la cadena invisible de la decepción. Hoy Ramos arrojó a los
infiernos la cruz que llevaba en su espalda desde que erró ese penalti en 2012 frente
al Bayern que sacó al Madrid de la final. Insisto: el fútbol es una eterna
paradoja. Hoy Ramos anotó dos goles, y sin desazón alguna rompió, cortó e
incineró cualquier acechanza del Bayern, contando con la ayuda de su yunta
preferida, de ese odiado por todos, que cuando ordena el desastre que habita en
su cabeza, se convierte en uno de los cuatro mejores centrales del Mundo, sí,
hablo de vos, Pepe.
4-
No tendría
sentido repasar las estadísticas u ofrendar horas frente a la tv buscando el
motivo de esta masacre. La respuesta es bastante sencilla. El acierto de
Ancelotti aunque se ve en la cancha, no está ahí, está en el día a día, en la
batalla constante de todo el cuerpo técnico para regresarle esa confianza al
trastocado elenco blanco, ese deseo de demostrarles que tienen los recursos en
sus manos, y que la décima está frente a sus ojos. No hicieron nada
extraordinario, y con sabiduría y mucho orden supieron triturar en pedacitos al
actual campeón.
5-
La
diferencia más notable entre un equipo y otro fue la competitividad, y de allí
es donde nace la pregunta más complicada de toda esta ecuación: ¿Habrá sido
dañino haber ganado la Bundesliga con tanta facilidad y antelación? No es una
locura ponerlo sobre la mesa, el Real Madrid sigue tras la caza del Atlético, lo
que convierte sus fines de semana en constantes finales, mientras que el
Munich, pasea sin mucho ánimo en toda Alemania esperando el día de la
celebración. El Dortmund dio el primer aviso y el Madrid terminó de confirmarlo.
6-
Lo que creó
el Dictador, hoy lo disfruta Ancelotti. Una locomotora de contragolpes que
tiene la facilidad de convertir una ocasión de peligro contrario en un gol
merengue. Benzemá, Ronaldo y Modric, siguen siendo los máximos exponentes de la
teoría del dictador: “Me encantan los equipos que secuestran la pelota, suelen
dar muchos espacios”, y a esto ha apostado el Real Madrid en esta Champions.
Criticados al principio, quizá por la falta de señorío mas no por el coraje.
Hoy han superado a Goliat, y esperan al dictador o al cholismo en Lisboa.
7-
Las
fortalezas del pasado suelen volcarse en las carencias del hoy. La efectividad
en el juego aéreo muniqués se convirtió en su ataúd. Es inevitable que el
futuro de este proyecto de Guardiola en Alemania sufrirá un vuelco interesante.
El juego de posición/posesión está en sus horas más bajas, y su mayor
representante actual tiene la responsabilidad de refrescar conceptos y destruir
la rigidez semántica. Pep, quizá no sea el mismo a partir de hoy, es fácil
criticar cuando lo ves sufrir esta masacre, y aunque evidentemente, la culpa de
la horrible defensa a balón parado la tiene él, sería muy mediocre juzgar el
trabajo de todo un año por lo que pasó hoy. ¿Vendrá la reestructuración del
Bayern el año que viene? ¿Rescindirá Pep de los intocables para darle la forma
que necesita esta revolución del juego posicional o terminará teniendo razón
Beckenbauer y Rummenigge?
Y 8- El Madrid está consciente y lúcido de lo que significó el día de hoy. La décima está a la puerta, y aunque la consigan, quizá por mucho tiempo prevalezca en la memoria de los blancos, esta masacre hecha en el corazón de Munich.
Geoff I. Hernández
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